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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

Valles informativos

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión22-07-2002

Algunos valles mantienen aún virtudes ancestrales. Entre ellas, la de permanecer aislado y protegido del mundo exterior, de un viento desmedido, de una luz abrasadora y, ya en el siglo XXI, de la cobertura de los teléfonos móviles. Incluso el satélite tiene problemas en algunos -benditos- accidentes geográficos. Así me ocurrió hace dos semanas durante un curso sobre Europa en el Valle de los Caídos y también la pasada mientras navegaba entre los fiordos noruegos. Titulares lejanos sobre cambios de Gobierno en España, intervención militar en una isla Perejil hasta ahora inexistente hasta para Arguiñano y, esto no pude creerlo, la revalorización del euro hasta superar al dólar. Llegar a Madrid, comprar los periódicos y encender el móvil me sacaron del valle, o eso creí yo hasta que una compañera me recordó que también hay valles mediáticos. Uno de ellos protege especialmente contra la nauseabunda tiranía popular China. No sólo no interesa hablar mal o desestabilizar el gran mercado del siglo XXI -más de mil millones de chinos-, sino que, además, hay poco material gráfico sobre el que construir una historia. Hoy día las historias no se edifican en torno a una idea, un valor o una verdad. Se construyen en torno a una imagen. A ser posible, en torno a una imagen manipulada. Media docena de columnas habré escrito ya sobre los abusos de la dictadura más grave del mundo, si no en tortura, vejación, degradación y muerte -seguramente sí-, al menos en extensión. Sin embargo, hasta la semana pasada, y no gracias a periódicos o televisiones, sino a Internet -único mapa de la información sin valles- vi, por vez primera, imágenes sobre las brutalidades del régimen chino: un recién nacido recién matado yacía en el asfalto, junto al bordillo de la acera, abandonado e ignorado por decenas de transeúntes; la consecuencia de un control de natalidad de tal violencia que obliga a los padres a matar y abandonar a sus hijas, para ocultar el nacimiento al Gobierno. Son los valles de la información los más peligrosos y traicioneros, porque no se ven. Uno se cree en la cima en esta sociedad de la información y sólo descubre, gracias a iniciativas personales y alejadas del pensamiento establecido, que hay desniveles más importantes que el del euro, crisis más graves que las del Gobierno español y conflictos más patéticos que el del Perejil.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach