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ACHIQUE DE ESPACIOS

El fútbol que viene

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes09-06-2002

Definitivamente, éste es el Mundial que acortará distancias entre el fútbol de lujo y el fútbol del suburbio; entre el juego de las grandes escuadras y el que practican las selecciones más humildes. Sigue habiendo excepciones con nombre propio, como Arabia Saudí, China y Ecuador, aún lejos de despegar hacia el paraíso de los elegidos, pero tras algo más de una semana de campeonato conviene ir extrayendo las primeras conclusiones. La primera y principal tiene que ver con España. Un buen arranque, muchas ganas, los buenos en su sitio y ese aire que le imprimen los jugadores del Real Madrid, con su sabiduría en grandes eventos, termina por pintar los sueños de la selección con los colores del arcoiris. Sí, hay carencias y problemas, como en todos los equipos; nadie está a salvo, pero el equipo de Camacho promete. En el saco de los grandes de siempre chirrían casi todos. Italia, Alemania, Francia, Portugal, Argentina y Rusia no sólo van a tener problemas para acceder a octavos -de todos éstos, alguno se irá a casa-, sino que su fútbol no convence. Entre unas razones y otras, al final nos encontramos con equipos simples y ramplones, sin claridad de ideas, sin gol, con jugadores de postín desaparecidos, superados por futbolistas menores. Tan sólo Brasil abruma, pero tampoco ha sido muy exigida. Pero no hay duda de que éste es ya el Mundial de los equipos de segunda fila, sin ser un campeonato ídem. Dinamarca, España y México le han puesto nota alta al fútbol de buen gusto; Senegal, Camerún y Suráfrica son sinónimo del auge y progreso del fútbol africano, del poder de los pobres y su afán por superarse, aunque la noticia más agradable la ponen Japón, Corea y Estados Unidos. Eso sí es la rebelión de los modestos elevada a la potencia más alta, sobre todo los orientales, que están dejando un sabor europeo en sus partidos que les conduce a un futuro prometedor. Todo ello ocurre sin concluir aún la primera fase. Algún grande se irá a casa antes de tiempo, y seguro que el del año 2002 será recordado como el mundial de los modestos. Y el de España, a poco que no se tuerzan las tornas. Ya verán.

Fotografía de Nacho García Barco