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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Ley de Partidos Políticos: claridad y confusión

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura4 min
España22-04-2002

Hace unos cuantos años, uno de los debates presentes en la Facultad de Ciencias Políticas de Madrid era el de si ilegalizar Batasuna era deseable o no. Algunos profesores apostaban por mantener ese partido en la legalidad para conocer más de cerca sus movimientos, algo que consideraban difícil de conseguir si volvía a la clandestinidad. Otros defendían la ilegalización como una forma de dejar claro qué vale y qué no en la democracia. El debate sobre la reforma de la Ley de Partidos no es sólo uno. No puede abordarse sino contemplando los distintos conflictos que subyacen. Si debe ilegalizarse o no Batasuna es una parte de la reflexión. Si, debiéndose o no ilegalizarse, es deseable o no, es otro tema distinto. Y la manera en que la ilegalización debería hacerse, es otro. El Partido Popular y el Gobierno tiene claras las tres cosas: debe ilegalizarse, es conveniente y deseable que se haga, y debe hacerse de la manera en que han expuesto en el proyecto de ley aprobado el pasado viernes en el Consejo de Ministros y que ahora debe tramitarse en el parlamento. Están dispuestos a cambiar algunos de los detalles de la Ley, como cuáles pueden ser los sujetos que inicien el proceso de ilegalización instando a que se proceda a éste. En la Ley vigente actualmente, que es la ley 54/1978 de 4 de diciembre, es el Ministerio del Interior el que, si del examen de los documentos que se presenten en su registro para solicitar la formación de un partido político, deduce que hay indicios de ilicitud penal, lo debe poner en conocimiento del Ministerio Fiscal, que si está de acuerdo con tales indicios, debe instar de la autoridad competente –una autoridad judicial- la declaración de ilegalidad del partido. La ley de 1978 no establece cuáles son esos indicios de ilicitud penal, un vacío legal que completa el proyecto de reforma. Que sólo la autoridad judicial competente podrá concluir la disolución o ilegalización de un partido político sigue siendo un principio que se mantiene en la reforma. Pero, en el actual texto, se abre la posibilidad de que el Gobierno, o 50 senadores o diputados, además del Ministerio Fiscal, puedan instar a que se inicie el procedimiento de ilegalización. El PSOE no está de acuerdo con ese aspecto. Y el Gobierno está dispuesto a que esos 50 senadores o diputados se amplíen a la mayoría de los diputados. Lo que no piensa aceptar el PP es que se cambie el fondo de la ley, especialmente, que sea retroactiva –es decir, que pueda aplicarse a Batasuna, un partido político formado antes de la promulgación de la Ley- O sea, que sirva para lo que está pensada: para ilegalizar a este partido que, de llamarse Herri Batasuna, pasó a ser Euskal Herritarrok, después Batasuna y, esta semana, “Socialistas Abertzales de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya”. Así intentaba este partido, del que lo que sí permanece desde sus comienzos es su apoyo a la violencia de ETA, evadir los efectos seguros de la aprobación de la nueva Ley de Partidos, si es que esta se produce, que es lo más probable. Si el PP tiene claros todos esos puntos –que Batasuna debe ilegalizarse, que es deseable y cómo debe hacerse- el Partido Socialista aún no ha dejado claro nada. Sólo, que quiere el mayor consenso posible entre los partidos democráticos y reformar algunos de los detalles de la letra. La confusión es el río en el que los pescadores más astutos sacan provecho. El debate sobre la ilegalización de Batasuna viene esta semana de la mano de otras noticias, como la retirada del PP de la Comisión de Seguridad del parlamento Vasco –porque no les dejan emitir un voto particular que deje claro su apoyo a la ilegalización-o como la negación del Gobierno a transferir al País Vasco las competencias de gestión de las prisiones sitas en este territorio. Gil entre rejas, diseño de estrategias cara a las elecciones municipales y autonómicas del 2003, nuevos episodios de la Operación Temple y detención de un tesorero de la formación de Ben Laden completan la sección de Nacional esta semana. Sólo una recomendación: leer el proyecto de Ley de reforma de la Ley de Partidos y la explicación que el Consejo de Ministros ha dado de ella. Es fácil, comprensible y apta para no iniciados. Las dudas pueden consultarlas a este periódico, que se las resolverá con celeridad y atención. Para eso estamos.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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