ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Cien millones
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad28-06-2012
Entre primas y venidas, regates y rescates, goles y dineros (tanto monta) se escapan las noticias importantes, las que repercuten en la médula espinal de la vida de las personas. Vamos que, jugando un poco con los términos económicos, una cosa es el debe y otra el haber. Y hacia esa confusión y mezcolanza navega la actualidad informativa. Por ejemplo, se debería informar más de que los ciudadanos deberíamos donar sangre en este arranque del verano, cuando las carreteras españolas se llenan de heridos por accidentes de tráfico. También habría que informar más sobre que los veraneantes deberían tomar precauciones para evitar lesiones en sus lugares de ocio acuático y prevenir los daños del sol. Los españoles deberíamos ser más solidarios. Siempre hay cerca alguien que lo pasa peor. Siempre hay algo que podemos hacer y debería ser una obligación moral hacerlo. Una oportunidad para tender la mano está también en esa Operación Paso del Estrecho o en marcar la equis de la temida declaración de la renta. Todos estos "debe" habitan en la filosofía y en el trabajo de muchas personas que colaboran con Cruz Roja que, no obstante, ha sido noticia recientemente. Hace pocos días el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja ha sido reconocido por el Premio Príncipe de Asturias de la Cooperación Internacional. El galardonado, dicen las informaciones, constituye "la mayor red humanitaria del mundo. Su misión es prevenir y aliviar el sufrimiento humano, proteger la vida y la salud y hacer respetar a las personas en tiempo de conflicto armado y en otras situaciones de urgencia". La labor que comenzó en 1859 tras la batalla de Solferino para ayudar a 40.000 personas llega hoy a 187 países a través de más de 100 millones de voluntarios. Trabajan salvando vidas en las playas y concienciando a la ciudadanía para ayudar a familias en crisis, pero también paliando los efectos de conflictos armados como los de Siria, Libia y Somalia y desastres naturales como los de Haití, Indonesia y Japón. Premios y primas aparte, todos ellos noticiosos, el ingente trabajo que hace esta organización internacional (con sus fallos y asignaturas pendientes) merece un reconocimiento mayor que el golazo de turno de la final de la Eurocopa. Sólo que en este caso el que marca no es un fichaje estrella, sino más de cien millones de voluntarios de todo el mundo. Y lo de Cruz Roja es un ejemplo entre un millón de lo mucho que merece ser noticia y no lo es tanto.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo