SIN CONCESIONES
Sobre la ilegalización de HB
Por Pablo A. Iglesias
1 min
Opinión21-04-2002
La vida es un ejercicio práctico de coherencia. No se puede decir una cosa primero y luego hacer otra distinta. No se puede alcanzar un acuerdo o adquirir un compromiso y luego incumplirlo o echarse para atrás. Ya sea a la primera de cambio o cuando llegan las dificultades. La coherencia no es amiga de los aspavientos ni de la inconstancia ni de los cambios de rumbo. La coherencia es una carrera de largo recorrido, tan larga como la propia vida. La coherencia nos examina en cada momento, en cada decisión, incluso en cada palabra. La coherencia tiene mucho que ver con los principios, los valores y las prioridades. No se puede querer algo y no dar nada por ello. No se puede marcar un objetivo y poner chinitas en el camino. No se puede boicotear los proyectos y echar las culpas a los demás. No es coherente. Pero tampoco es coherente hablar de diálogo y no dar el brazo a torcer. No es coherente buscar un consenso a fuerza de imponer a los demás las opiniones propias. No es coherente presumir de un Pacto que sólo es tal cuando los demás cumplen al dictado las indicaciones. Ser coherente no es una quimera. Simplemente, puede resultar a veces complicado cuando las ideas no están claras, cuando manda la prisa o cuando hace acto de presencia la demagogia. La demagogia sólo es coherente en aquellas personas que permanentemente juegan con la verdad en beneficio propio. Pero ciertas cosas no admiten vacilaciones ni aburguesamientos ni partidismos. Hay principios que lo son, o deben serlo, para todos. Y hay que defenderlos juntos. Jugar con ellos no sólo demagógico e incoherente. Es, si apuramos, inhumano. Por eso, precisamente, es por lo que hay que ilegalizar Batasuna.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito