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SIN ESPINAS

Volad hermanos

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura1 min
Opinión24-02-2002

“Necesitas tener un pensamiento alegre para poder volar”. Le decía Campanilla a aquel crecido Peter Pan que se había olvidado de sí mismo al hacerse mayor. Un pensamiento que me pido a mí mismo esta nueva semana de guerra en la que palestinos e israelíes se matan abiertamente cuando ya deberían haber asumido que están condenados a entenderse. Pero volar, lo que se dice volar, se puede hacer de muchas formas y por varios motivos. Mientras algunos deciden volar por los aires para destruir a sus hermanos en una discoteca o en una calle céntrica de la ciudad, otros también vuelan para estrellarse contra los edificios emblemáticos de la incomprensión. Como volar, volaron esta semana las porras y los botes de humos de los nacionales sobre sus hermanos municipales. Visto todo esto, a uno le dan ganas de volar como un pájaro y migrar eternamente para no volver a pisar tierra. Ésta, contra la que es tan duro darse de bruces cada día sin apenas luces de esperanza. Volar apetece para explorar mundos nuevos y fantásticos donde la imaginación de aquel que está en las nubes nunca tiene límites. Volar como esa tripulación de hermanos voladores que son los chicos y chicas de Operación Triunfo cuya verdadera operación comienza ahora. La operación de no permitir que la bondad y humildad que destilan la mayoría de ellos no se vea ensuciada por una sociedad ávida de lo que tanto le han regalado estos meses. Esos cantos de ángeles cándidos y voladores que han revoleteado cada lunes para apagar la frustración de una semana de infames noticieros y purulentos contenidos del mal llamado entretenimiento. Un pensamiento alegre para volar es una excusa para hacer el bien. Otro tipo de vuelo siempre terminará estrellándose.

Fotografía de Javier de la Rosa