ROJO SOBRE GRIS
Acierta con tu regalo
Por Amalia Casado3 min
Opinión21-12-2008
Se reparte con el periódico diario, y yo esperaba que fuese para todos los públicos. Pero no. Se trataba de una edición de Mujer hoy con sugerencias para hacer regalos de lujo, exquisitos, fascinantes pero, eso sí, llenos de glamour. “¿Quién dijo crisis?”, titulaba un reportaje “Objetivo: recuperar la máxima sofisticación”. Es decir: esconder la cabeza, negar la realidad, vivir de ilusiones y seguir aparentando. En definitiva, decadencia. O eso, o es que tenemos de todo y ya sólo podemos regalar extravagancias y lujos. Acertar. En el fondo, es lo que todos queremos. Y acertar con un regalo para alguien especial es casi tan difícil como acertar a expresar con palabras algunas cosas importantes. Hay veces que nos quedamos sin saber qué decir justo cuando desearíamos decirlo todo. Conocer a la persona es la clave del éxito. Y saber qué fuerza mueve realmente el mundo es el secreto para regalar lo que ni nosotros sabemos que una persona a la que queremos necesita. A mi madre le entusiasma cualquier regalo que le hagamos. Da lo mismo una caja de bombones que una tetera. A mi padre es difícil sorprenderle. Pero yo les he visto emocionarse con algunos detalles, siempre gracias a mi hermana. Su éxito tiene dos claves. La primera: es observadora. Está atenta a las necesidades de los demás. Anota en su disco duro mental comentarios cotidianos, y luego procesa. El resultado es que los regalos que hace son siempre personales, esto es: pensados para una persona concreta. La segunda clave radica en el tiempo. Lo mejor que podemos regalar es tiempo. Tiempo para estar con nuestros seres queridos, por supuesto, pero también tiempo invertido en preparar algo único y verdaderamente exclusivo. Ése es el auténtico lujo. Con el tiempo, esos regalos se contemplan de forma especial. Te imaginas a quien lo hizo, cómo pensaba en ti, cómo estabas en su mente y en su corazón. Sabes que sus ojos recorrieron lo que tú miras ahora; que sus manos lo tocaron una y otra vez. Son un pedazo de vida imposible de arrebatarle a esa realidad que tienes delante. La tercera clave del éxito me permito sugerirla yo. Siempre me han impresionado los iconos clásicos, esos pintados sobre una tabla de madera. Yo no sabía lo muy especiales que son, hasta que fui a Tierra Santa y me lo contaron. Los iconos no son un cuadro, no son una pintura cualquiera. Son una obra de arte minuciosa y laboriosa. Los colores y figuras que representan son un compendio de sabiduría traducida a imágenes. Y, además, son una oración. Se pintan de rodillas y se reza mientras se trabaja. Lo que cuelgas en tu casa es un pedazo de vida también, pero además rompe el tiempo y el espacio porque es una realidad sagrada que te conecta directamente con Dios. Alguien ha rezado por ti y ha hecho de su trabajo oración para ti. Regalar amor. El amor es lo que de verdad mueve el mundo. No es una frase hecha, sino una realidad comprobable con la propia vida. El amor rompe todas las barreras, y es más fuerte que el odio. Regala amor y acertarás. Si mientras preparas un regalo para alguien eres capaz de hablarle a Dios sobre esa persona, y preguntarte cómo puedes quererla mejor, ese regalo será mucho más, aunque el plus que le incorporas sea invisible… por el momento. Rojo sobre gris a la auténtica Navidad, la de los pastores. Ellos descubrieron que el mejor presente eran ellos mismos. Acierta con tu regalo: regálate.
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Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo