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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Muertes anunciadas

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad09-11-2008

Los vecinos ya lo sabían. Ocurre en un alto porcentaje de casos. Tras los muros, las puertas y los pisos la noticia llega tan tenebrosa como la obviedad. Era cuestión de tiempo que una mujer iba a morir. Era un secreto a gritos -y a golpes-, una de esas noticias previamente anunciadas que, por desgracia, se repite continuamente. Cada noche suenan los llantos y los insultos, y las bofetadas y las patadas en demasiados hogares españoles. Pero siguen sonando, como si no fuese noticia. Como quien oye llover. Desde hace unos meses, cada vez que las televisiones emiten imágenes sobre malos tratos las pantallas también deben ofrecer el teléfono 016, tres dígitos que supuestamente ayudan a erradicar la lacra de la violencia doméstica, pero que no hacen más que servir de palancanero estilo Pilato: para lavarse las manos. Sonará un tanto vulgar responsabilizar a los medios y parecerá un tópico manido eso de tratar de matar al mensajero, pero no es menos cierto que las informaciones de sucesos se han convertido en un constante sepelio, en la sección perenne de esquelas, donde campa a sus anchas la presunción de inocencia y se escurre el morbo entre los detalles escabrosos de cómo la dejó sin vida y el número de niños que quedan huérfanos... Los aderezos propios de un periodismo novelado y triste propio de las crónicas de las muertes anunciadas. Que haberlas, haylas. No es raro que los niños intenten volar desde el balcón de su casa con una careta del hombre araña después de ver la película de Spiderman, como tampoco que se produzca un nuevo asesinato a una mujer a manos de su compañero tras difundirse a bombo y platillo todos los pormenores de cómo murió la que por poco tiempo será la última mujer de la lista de víctimas mortales de los malos tratos. Y lo peor es que, de poder hacer algo para evitarlo, tal y como están las cosas, sólo puede conseguirlo ella, la desamparada, la posible víctima cuyos gritos no se escuchan por la noche.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo