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PUNTOS DE DEBATE

Orquestas de Venezuela

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura3 min
Opinión26-10-2008

Si de ser venezolano puedo sentirme orgulloso en estos momentos es por el reconocimiento que tuvo el maestro José Antonio Abreu en el marco de los premios Príncipe de Asturias a las Artes de este año, al haber liderado uno de los proyectos más hermosos que han salido de esas tierras de donde son mis orígenes: Venezuela. Con una edad que ronda más o menos el tiempo que el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela tiene de vida, 29 años, les reconozco que durante todo el proceso de crecimiento en aquel país, este proyecto siempre fue tomado como ejemplo de que en América Latina no se necesita ser de “fuera” para hacer realidad el más anhelado deseo: transformar la exclusión social, a través del empleo de la música y la cultura como mecanismo de desarrollo humano e inclusión productiva en la sociedad, en este caso la venezolana. No ha importado el gobierno de turno, ni los proyectos políticos mesiánicos que han inundado la democracia venezolana, para ver recompensada la alegría y eficacia del Sistema de Orquesta Infantiles y Juveniles de Venezuela como uno de los mejores diplomáticos de este país, de la mano del maestro Abreu, su fundador. Han pasado 33 años para lograr este premio, a pesar de haber obtenido diversos galardones como el Premio Internacional de Música de la UNESCO. A pesar de ello, José Antonio Abreu, el actual director de la orquesta, Gustavo Dudamel, y todos los niños y jóvenes que hacen parte de este hermoso proyecto han recibido, año tras año, el mejor de los reconocimientos, al que sólo unos pocos pueden aspirar: ser un icono viviente de la excelencia y recibir el aplauso y reconocimientos de quienes han tenido el placer de escucharles. El proyecto del maestro Abreu comenzó como cualquiera de muchos que fueron reconocidos en esta y otras ediciones de los Príncipes de Asturias, desde el corazón y el convencimiento de seguir su imaginación para hacer de la palabra, la idea y las artes las herramientas para mejorar este mundo, caracterizado por injusticias y crisis como las que estamos viviendo, a manos de unos pocos. Cuando llegué a España en 2001, me sorprendía ver que se requería un suceso violento ocurrido en Venezuela para que apareciera una noticia proveniente de aquel país en los medios de comunicación españoles. Con el transcurrir de los años, ya se habla de Venezuela, de forma constante, por los conflictos generados en el país y por los derroteros que nos hacen recorrer nuestros líderes políticos. Ahora, con esta noticia, ni se imaginan las ganas que, en un futuro no muy lejano, pueda leer y compartir con ustedes lo que este hermoso país tiene por dar, sin la necesidad de aprovechar solo reconocimientos como los dados en esta edición de los Príncipes de Asturias. Como comienzo, concluyo dándole la enhorabuena al maestro Abreu y a Gustavo Dudamel, quienes como el maestro Simón Díaz, pueden sentir el orgullo de ser mirados con admiración, sin distinción de raza, credo, condición social o color político, ya que sus proyectos no pueden ser banderas de un gobierno, sino de una sociedad que, pese a las dificultades, tienen ilustres personas que solo han conseguido ser reconocidos por hacer lo que les gusta con la convicción y fidelidad del sueño originario que motivó sus inicios.

Fotografía de Elías Said