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SIN CONCESIONES

La Verdad del tiempo

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión21-09-2008

El ser humano tiene escasa tolerancia a la mentira, a la injusticia, al engaño, a la traición... Con frecuencia, nos desesperamos con la mera intuición de que alguien nos miente, nos engaña o trata de obtener ventaja de modo poco ético. Ante semejantes situaciones, la paciencia se convierte en una compañera tan necesaria como compasiva. No todo el mundo lo soporta. Sea por fe o por ingenuidad, algunos estamos especialmente preparados para hacer frente a esta clase de desafíos. Pensamos, convencidos, que el tiempo pondrá a cada cual en su sitio. Creemos acérrimamente que siempre se impondrá la Justicia, sea en esta vida o tras la muerte. Parece milagroso, pero al final ocurre. John Fitzgerald Kennedy dijo que "se puede engañar a algunos todo el tiempo y se puede engañar a pocos muchos tiempo, pero es imposible engañar a todos todo el tiempo". Y es cierto. Los políticos lo intentan constantemente pero, más tarde o más temprano, quedan al descubierto. Le ocurrió a Aznar con las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein y ahora le pasa por enésima vez a Zapatero con la ilegalización de ANV y PCTV. Fue él quien se empeñó en autorizar que los dos partidos de ETA se presentaran a las elecciones autonómicas de 2005 y las municipales de 2007. Todo el país sabía que aquello era su pago político a los terroristas para lograr la paz. Le advirtieron de las terribles consecuencias que tendría en el País Vasco. Pero no hizo caso. No escuchó. Zapatero cerró los ojos y se tapó los oídos como si así esquivase la realidad. Ahora, aquella Verdad se transforma en verdad judicial gracias a las sentencias del Tribunal Supremo y le golpea de frente al fiscal general del Estado y al presidente del Gobierno. Los jueces han confirmado lo que Zapatero no quería creer: las listas electorales de ETA no eran un medio para negociar la paz, sino que eran el fin en sí mismo para mantener el poder de una treintena de municipios y seguir cobrando dinero público con el que financiar sus actividades criminales e independentistas. El Tribunal Supremo ha ilegalizado a ANV y PCTV pero ahora sirve de poco, pues no se puede echar a los representantes de ETA de las instituciones. Van a seguir percibiendo el sueldo que pagamos todos los españoles porque ni Zapatero ni Conde-Pumpido pidieron su ilegalización cuando debían, en lugar de cuando les convino. Ahora es tarde. Al menos nos queda la satisfacción de haber descubierto la Verdad y de haberla probado. Resulta cuanto menos paradójico que los jueces ilegalicen hoy por unanimidad a ANV cuando el Gobierno se negó hace sólo un año. La mentira no podía ser más grande en vísperas de las elecciones generales. Zapatero logró engañar a los 11 millones de españoles que le votaron en marzo pero seis meses después ha quedado al descubierto. Dijo que PCTV y ANV no eran terroristas, pero lo son. Dijo que no había crisis económica, pero tenemos 500.000 parados más y estamos casi en recesión. Al hombre de la sonrisa eterna y la transparencia le volvemos a pillar con otra gran mentira. Ya no es un diagnóstico ni una intuición. Es la Verdad. Ya sólo falta hacerle Justicia. Tiempo al tiempo.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito