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ACHIQUE DE ESPACIOS

Pep contra la máquina

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes26-11-2001

En el fragor de la batalla, en la lucha por imponer un estilo propio, Johan Cruyff encontró un buen día en el Mini Estadi a un joven que le dio sentido a su fútbol. Le llamó, le habló en un aparte, le puso en el once titular y el juego se hizo arte y Guardiola historia. Quizá por eso, porque el tiempo les hizo conocerse mejor, ahora, el que fue entrenador del mejor Barcelona de los últimos tiempos ha decidido dar la cara por su ex pupilo justo cuando éste más lo necesita. Y lo ha hecho lanzando un argumento que debería ser taxativo: si la nandrolona no sirve para pensar, Guardiola es inocente. Después de muchos años de fútbol al máximo nivel, de varias decenas de controles antidopaje, Pep Guardiola deberá pelear más fuerte que nunca contra algo que, al menos, suena a chino. Aunque es tan sorprendente como improbable, lo cierto es que la sombra del doping es toda una realidad y acosa desde hace unos días a uno de los jugadores más ejemplares, dentro y fuera de la cancha, del fútbol de la última década. Pese a llevar un mes y medio en Italia y haber disputado tan sólo cuatro o cinco partidos, los más que rigurosos y severos controles antidopaje en el país vecino han dictaminado algo que resulta poco menos que una broma pesada. Que Guardiola tome sustancias prohibidas está tan lejos de la realidad que la lucha entre Italia y España se vuelve a abrir. Con el fútbol como telón de fondo, el país transalpino se cuestiona el rigor de los controles que se efectúan en España. Nada más lejos de la realidad, cuando lo más lógico es pensar a la inversa, si no, no hay quién se explique que futbolistas como Davids, Stam y Guardiola hayan jugado en otras ligas sin problemas y, al llegar al calcio, las alarmas del dopaje se disparen a las primeras de cambio. Probablemente todo quede en un error, porque carece de sentido que un futbolista como Pep tome algo prohibido cuando su carrera toca a su fin, y cuando nunca ha necesitado nada. Quizá sea algún complejo vitamínico o cualquier otro componente sano, pero nada debe ensuciar la imagen de un futbolista global, de ésos que siguen engrandeciendo el fútbol día a día. Ahora todos debemos estar cerca de él: al fin y al cabo, es su palabra contra la de una máquina.

Fotografía de Nacho García Barco