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ANÁLISIS DE ECONOMÍA

No pises mi corral

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía22-05-2006

El negocio de la energía ha sumido a Europa en un problema de definición de mercados. Las investigaciones de la Comisión apuntan a posibles trabas a la competencia en determinados territorios nacionales. Sin embargo, la tónica de compraventas internacionales podría empeorar esta situación, pues si la pugna por dar una mejor oferta no existe dentro de los países, las fusiones con extranjeros extenderían esta situación a niveles interestatales. Pero Bruselas no se ha metido en este jardín. Está claro que una empresa tiene que buscar su supervivencia en su crecimiento. “Si los bancos, que es donde está el dinero, se unen para ser cada vez más grandes, para mover un mayor volumen de negocio, cómo no van a hacerlo las cooperativas agrícolas”, me comentaba hace poco el presidente de una de éstas. Las pegas empiezan cuando las concentraciones ya no dejan opciones para la diversidad. O cuando ciertas empresas quieren conservar su independencia a toda costa y saben que su resistencia puede llevarlas a convertirse en preciado objeto de deseo y, por tanto, a una revalorización. Desde luego que no es moco de pavo meterse en corrales ajenos. El intruso puede volver escaldado –por eso las cautelas de Mittal Steel antes de lanzar su OPA sobre Arcelor- o con un suculento botín –véase el fruto de la última osadía de Evo Morales-. De este modo, el pulso entre la UE y los intereses nacionales se juega despacio, sin tensar la cuerda desde ninguno de los dos lados. Porque la UE sabe que lo de construir un mercado único europeo en todos los sentidos es algo que cuesta más de 10 y de 20 años; y porque los estados venderán cara su piel antes de que toquen la libertad –por supuesto, de absorber todo lo que aparezca alrededor- de sus empresas.

Fotografía de Gema Diego