Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

CNI, también para luchar contra ETA

Por Amala CasadoTiempo de lectura1 min
España13-10-2001

El Gobierno ha aprovechado la coyuntura internacional para impulsar y aprobar en Consejo de Ministros el anteproyecto de la ley reguladora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El terrorismo internacional y la lucha contra ETA han justificado la celeridad de la reforma.

El ministro de Defensa, Federico Trillo, argumentó después del Consejo de Ministros el pasado viernes el porqué el CNI estará adscrito al Ministerio de Defensa: “Así estaba el CESID y así parece aún más conveniente tras los acontecimientos del 11 de septiembre”. En una entrevista al ministro, publicada por ABC, afirmaba Trillo que los servicios de inteligencia del CESID tenían el reconocimiento internacional y que el nuevo Centro Nacional de Inteligencia “seguirá contribuyendo a proporcionar a la Justicia y a las Fuerzas de Seguridad elementos muy importantes en la lucha contra el terrorismo”. Bien fuera o dentro de las fronteras de España, el terrorismo se percibe hoy como la gran amenaza para los países democráticos, una amenaza que se ha hecho más visible y palpable con los mensajes de alerta después del ataque a las Torres Gemelas. Hasta entonces, la naturaleza de ETA era desconocida por muchos, justificada con ignorancia por otros cuantos. El Gobierno español inició con el 11-s una intensa campaña para que la banda terrorista se reconozca como parte del enemigo invisible contra el que se combate desde entonces, tanto por Estados Unidos como por la Unión Europea. La necesaria coordinación de los servicios de inteligencia de los países democráticos en esta lucha exige que estos sean de calidad y lo más modernos posibles. La reforma del CESID y su conversión en Centro Nacional de Inteligencia obedece a la prioridad en que, para España, supone estar lo más presente posible en esa batalla en que se juega la paz dentro de sus fronteras.

Fotografía de Amala Casado