Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE DEPORTES

Sin atletas no hay medallas, y al revés

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes04-12-2005

El futuro del atletismo en Europa es poco alentador y la Federación Europea de Atletismo (EAA) trata de prevenir el colapso que se puede producir en un plazo de entre cinco y diez años, con la retirada de los atletas que están en activo, porque tras ellos se está produciendo un vacío generacional. La situación es lo suficientemente grave como para que el presidente de la EAA, el suizo Hansjoerg Wirz, afirme tajante que “hay que actuar ya”. La preocupación proviene, sobre todo, por la falta de resultados en las grandes competiciones internacionales, como los Mundiales, que se ciñen casi exclusivamente a los lanzamientos, cuya exigencia técnica y de material especializado lo aleja de los atletas africanos, los grandes dominadores. Sin embargo, la diferencia de criterio entre la EAA y la Federación Internacional (IAAF) es evidente. Para el secretario general de la IAAF, el húngaro Istvan Gyulai, el retroceso del atletismo europeo, sobre todo en las pruebas atléticas, se debe a que “el problema no es sólo la potencia de los africanos, es que no salen atletas que hagan las marcas de sus predecesores y tal vez el problema sea de las estructuras internas de cada país”, puesto que atletas de países como Estados Unidos y Australia sí están consiguiendo buenos resultados. Para la IAAF la solución, pues, no es cambiar ni la periodicidad ni la alternancia actual entre los campeonatos continentales europeos y los mundiales: dejar de disputarlos cada dos años supondría una pérdida de 60 millones de dólares, aunque Europa aporta un 80 por ciento de los fondos. La IAAF propuso que los campeones del mundo consigan plaza automáticamente en los siguientes Mundiales, al margen del cupo de atletas que aporta cada país. Europa teme perder su peso en el cupo de atletas y propone que también se clasifiquen los campeones continentales. Sin embargo, hay propuestas que van más lejos como introducir nuevos formatos en las competiciones, de modo que sean más atractivas para los espectadores, disputar los Europeos cada dos años –en lugar de cada cuatro, como hasta ahora– y, por fin, atraer a los jóvenes al deporte del atletismo. Porque el problema de fondo es que el atletismo no vende, y no es nada sencillo convencer a una sociedad como la europea, cada vez más saciada y conformista. A nadie le gusta sufrir y machacarse trabajando, y las campañas divulgativas que promueven la salud se centran en luchar y prevenir la obesidad en los niños, pero sin dar alternativas demasiado claras. Tanta publicidad satura a una sociedad que ya no es capaz de discriminar la verdad de la mentira, así que la mejor solución, para variar, no es otra que el ejemplo. Que practiquemos deporte, con mayor o menor moderación; que acompañemos o nos hagamos acompañar por jóvenes; por supuesto acompañarlos y apoyarlos, sin tanta queja del gasto que suponen los desplazamientos. Quizá las federaciones europeas, después de todo, deban dirigirse también a los mayores.

Fotografía de Roberto J. Madrigal