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EL REDCUADRO

Kale Barroka, Kale Borratxa

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión11-09-2005

No quiero ir de yoya por la vida. Ya saben quiénes son los yoyas. Los enterados que te sueltan: -Yo-ya dije que... -Yo-ya anuncié que... Sintiéndolo mucho, tengo que ir de yoya: yo ya dije que el día que los padres de los niñatos que pintarraquean las fachadas de los comercios con sus esprais del Paraguay tengan que pagar la limpieza tras condena judicial, otro gallo cantará en el lamentable proceso de degradación de Sevilla. El Ayuntamiento anuncia que combatirá el vandalismo de nuestras calles barrocas con el método que paró la kale borroka en las Vascongadas. Guerra al niñateo de nuestra Kale Barroka. Método que por cierto el Gobierno nacional del partido del alcalde ha metido en el baúl de los recuerdos, en sus trajines para pelar la pava con la ETA. La solución es bien fácil. ¿Que un niñato pintarraquea la fachada de la confitería La Campana recién restaurada por el Plan Renove de los Comercios Tradicionales que paga Urbanismo? Pues la Guardia Municipal (Policía Local le dicen de mote) trinca a ese niñato, y lo lleva ante el juez, para que lo condene al pago de las costas de limpieza de lo que pintarraqueó. Cuando cuatro padres tengan que pagar cuatro fachadas estropeadas y otros dos tengan que pagar dos contenedores quemados, verá usted lo pronto que acaba el incivismo de los Kafres de la Kale Barroka. En las Vascongadas, cuando los padres empezaron a tener que pagar los autobuses a los que pegaban fuego los niñatos en su FP de terroristas, dejaron inmediatamente de quemarlos. Y ya que el Ayuntamiento va a poner pie en pared, con autoridad, con dos... maceros, contra el vandalismo de los niñatos, a ver si cuando termine con la Kale Barroka en las calles barrocas empieza a aplicar igual mano dura contra otra epidemia de incivismo; la Kale Borratxa, que es otra. En el vascuence que aprendemos por la obligatoria inmersión lingüística de la ahogaílla del telediario, llamo Kale Borratxa a la de los niñatos sevillanos, que no son de Jarrai, sino del Jarro Ke Hay: del jarro de cerveza, del jarro de calimocho, del jarro de cubata, del botellón merdellón. Aquí tenemos a los jóvenes dedicados a una lucha callejera de destrozarse el hígado. Padecemos nuestra Kale Borratxa. Igual de incontrolados que los niñatos de la kale borroka de allí con la gasolina o de la kale barroka de aquí con el esprai, que los de la kale borratxa. Haciendo oposiciones para la cirrosis, defienden a botellazos y cristales rotos el independentismo de la Cruzcampo, de la ginebra Rives y del ron Cacique, y el separatismo de cualquier idea de civismo y de respeto a los vecinos. Violencia callejera botella en mano y vaso de plástico astillado por el suelo hay toda la que quieran, y más. ¿No es kale borroka de la kale borratxa que el Ayuntamiento de Sevilla tuviera que enrejar jardines y más jardines, para evitar los desmanes? ¿Y aquellas vallas de Viapol? ¿No son las pintadas siempre una violencia contra la ciudad? ¿Y las vomitonas y meadas por los rincones? ¿No es lo mismo romper los cristales de un banco que los de la botellona contra el suelo de la plaza de San Pedro recién reformada, que a la mañana siguiente hay que limpiar gastando los impuestos de los ciudadanos que estamos por la paz y por la tranquilidad de la calle? Dicen que en las Vascongadas no se puede salir a la calle porque con los pantalones abajo del Gobierno la tienen tomada otra vez los niñatos de la kale borroka. A muchas calles de Sevilla tampoco se puede salir ciertos días y a ciertas horas, porque las tienen tomadas los niñatos de la kale borratxa.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor