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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Fuera de lugar

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía17-04-2005

Hace tiempo, una canción sencilla y sin edulcorantes añadidos abría una serie televisiva sobre profesiones –de ésas que acumulan todos los tópicos posibles sobre los empleos cotidianos-. La protagonista, decía la melodía con título de mujer, buscaba su sitio. Un sitio que, en España, puede que pronto quede reducido a 30 metros cuadrados. Quizás la sensación de ahogo no deje espacio ni para decorar las paredes con el contenido de las cajas de la memoria. Buscar un sitio trae aparejado recorrer lugares insospechados, frecuentar gentes diversas y atravesar situaciones donde el sentimiento de estar fuera de lugar se vuelve angustioso. En la Unión Europea a veces es difícil encontrarse como en casa, cuando no siempre se escuchan las voces de todos y la paga merma. Aunque en no todos los lugares hay problemas de dinero. Ni de gente que esté dispuesta a remunerar la valía personal con cantidades generosas de vil metal. Si cuesta encontrar un sitio, más duele perderlo. “Yo estuve en aquel barco”, se piensa contemplando el naufragio de la antigua empresa. Siempre que se haya tenido tiempo para huir del desastre antes de que se consume. La rueda vuelve a empezar, la opresión que te indica que estás fuera de lugar se adueña de tu estómago. Quizás, como dice la canción, un sitio simplemente está al lado de alguien que te lo ofrece y que aguarda a escucharte tendiéndote la mano junto a una taza de café.

Fotografía de Gema Diego