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EMPRESAS

Malos momentos para el sector automovilístico

Por Laura MartínezTiempo de lectura2 min
Economía16-04-2005

Daimler Chrysler está viviendo uno de sus peores momentos en el mercado bursátil, al sufrir su peor caída en bolsa desde el comienzo del año, a pesar de los intentos de inversores institucionales para desmembrar la firma y quedarse con los segmentos más rentables.

La compra de la empresa Chrysler supondría desembolsar más de 100.000 millones de euros, si se incluyen las deudas contraídas por el grupo. La mayor participación en la compañía corresponde a Deutsche Bank, que cuenta con un 10,4 por ciento del consorcio germano-estadounidense. La mala situación de esta empresa se ha producido por los problemas de calidad de su marca estrella, Mercedes Benz, por lo que se ha visto obligada a revisar 1,3 millones de vehículos; por las continuas pérdidas del grupo de mini-coches Smart; y por la práctica retirada de su socio Mitsubishi. Otra de las empresas en crisis es General Motors (GM), cuyas acciones en bolsa, al igual que las de Daimler Chrysler, se encuentran en el valor más bajo en estos últimos 12 años. GM acumuló en el primer trimestre de este año unas pérdidas de 664 millones de euros, a causa de los fuertes descuentos que ofrece para vehículos vendidos en EE.UU., la caída del favor entre el público de los deportivos todoterreno (SUV) y la fuerte competencia de las marcas asiáticas. Las pérdidas de sus filiales europeas Opel, Saab y Vauxhall ascenderán este año a unos 500 millones de euros, según fuentes del sector, ya que su plan de saneamiento aún no habrá surtido efecto. La deuda de GM es de más de 226.562 millones de euros, mientras que dispone de 15.469 millones de euros en efectivo, y su filial GMAC de otros 17.734 millones de euros. Aunque los imprevistos podrían hacer este año un gran agujero en estas reservas. Entre tanto, MG Rover apura las que podrían ser sus ultimas semanas de existencia gracias al préstamo recibido de 6,5 millones de libras (9,5 millones de euros) concedidas por el Gobierno británico para pagar los sueldos de los trabajadores durante una semana. Siete días para intentar llegar a un acuerdo con la empresa asiática Shanghai Automotive (SAIC). Pero los problemas de Rover comenzaron mucho antes. Fuentes del sector llevan su origen a la fusión en 1968 entre Leyland y British Motor Company. Esta operación supuso la primera intervención del Gobierno de Londres, cuyo objetivo era la lucha contra la pérdida del mercado a través de la creación de una única compañía.

Fotografía de Laura Martínez