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EL REDCUADRO

Los del Río y Los del Lío

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión04-04-2005

Si estuviésemos en el otoño, diríamos: -Como esto siga así y sigan sacando verdaderas facturas falsas, el alcalde no se come los polvorones. Pero como estamos en primavera, que la factura altera, ya he oído: -¿A que el alcalde no va de Currito dale al botoncito con el alumbrado de la portada de los abanicos? Usted ha visto lo grandes que son los tres abanicos sevillones, ¿no? Pues chicos me parecen para el aire que necesitan el alcalde y su equipo, con el sofoco de las dichosas facturitas. Les han sacado las facturas falsas y los colores. Se los ha sacado Paola Vivancos. Si ven que Raynaud va con la lengua fuera es porque intenta mantener la marcha de Paola Vivancos con su pericón. Raynaud usa un abanico de caballeros, como el que gastaba Borbolla, los que vendía Casa Rubio que en paz descanse. Paola ha puesto al PSOE a jugar a piola. Ha agachado al PSOE y le ha dado dola niqui, con culá y espoliniqui. Mirando a la Macarena. No a la Madre de Dios, sino al barrio de la Huerta de Macario, al Distrito Norte, que es una cosa muy distinta. ¿No le podían llamar Distrito Norte, y así hubiéramos dejado tranquilita a la Virgen de la Esperanza, que no tiene la culpa de nada cada vez que su santo nombre salta a España? El color de la Esperanza es el verde, pero la Virgen y la hermandad tienen la negra por culpa, culpita del nombre del barrio. Extramuros, que no San Gil. Macarena son los Callejones. Y esta callejuela sin salía de la mala fama de Sevilla. Cada vez que la palabra Macarena salta a España, malo. Saltó con Los del Río, y mejor que no hubiera saltado. El «Ay, Macarena» que nunca supe si era un anuncio del Cortinglés o el cartel de los Victorinos. Ahora, con las facturitas y la corrupción. Cuando parecía que Sevilla se había quitado el sambenito de la mangoleta, había conciliado el sueño tras los cafelitos de Miemmano y la tormenta iba para la Carmona de Cataluña con el 3 por ciento del Carmelo, pues, Carmelo, dale al tambor, que los tenemos otra vez aquí: corrupción en Miami, digo, en la Macarena. Y la gente, al oírlo fuera de Sevilla, no se enteran y confunden. Creen que el distrito, el barrio extramuros, la Virgen de la Esperanza y su hermandad son la misma cosa. Los hermanos de la Esperanza deben emprender una campaña para preservar a la Madre de Dios de estas cosas que le levantan: Los del Río primero, Los del Lío de las facturas ahora. A este paso van a creer fuera de Sevilla que las mariquillas se las regaló a la Virgen la Casa Sony y que Aquella Que Está En San Gil lleva tantos nazarenos porque todos van de promesa por no haberlos metido en la cárcel con las facturas falsas de la Macarena. Cuando la coronación, en 1964, hasta en el título oficial de la hermandad le pusieron a la Virgen ese mote de Los del Río o las facturas: «Esperanza Macarena». La Esperanza no va por barrios. Esperanza, como Madre que es, no hay más que una y a ti, alcalde, te encontré en la calle del chambao derribado. Llamar Macarena a la Esperanza es ponerle puertas al campo de su hermosura. Y exponerla a estos líos de los cuarenta principales y los cuarenta ladrones. La verdad de la Esperanza nos la dice la O en la calle Castilla. Esa O no es de interjección: es una conjunción disyuntiva. Nos dice que la Esperanza es la O con un canuto del Jorobadito, o es de la calle Pureza, o es de la Trinidad, o es de San Roque, o es de San Gil. Dejemos lo de Macarena para los de Madrid, para Los del Río y para Los del Lío de las facturas. Mantengamos el nombre de la Esperanza en su bendita pureza. La Esperanza es lo último que se pierde, donde tantos han perdido la vergüenza. Los que antes decían «tú apaga la luz y no digas ná en Triana», ahora dicen: -Tú dame la factura, apaga la luz y no digas ná en la Macarena.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor