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ACHIQUE DE ESPACIOS

Rivaldo y las tormentas

Fotografía
Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes21-07-2002

La necesidad de deshacerse de un jugador extracomunitario, pero sobre todo, las dificultades para colocar a Rivaldo en el mercado antes de que éste termine contrato y pueda fichar con cualquier equipo sin que el Barcelona cobre un euro, junto con los enfrentamientos que mantuvo el crack brasileño con Louis Van Gaal en su anterior etapa como entrenador del Barcelona, más la llegada de Riquelme y Mendieta, han tensado la debilitada cuerda que mantenía unido al brasileño unido al club azulgrana y han culminado con la rescisión del contrato que unía a ambas partes. Joan Gaspart nunca quiso decirlo en voz alta, pero por su alma de forofo, no se antoja difícil adivinar que se cansó de que Rivaldo fuese más protagonista fuera del campo, con sus constantes reclamaciones para que el presidente de turno le subiera la ficha, a pesar de haber salido en defensa del 10 del Barça. Pero las lesiones del jugador el pasado año y la apuesta por la selección brasileña, con el Mundial a las puertas, acabaron con su crédito. El presidente no previó las vacas flacas, y ahora, la afición culé debate quién es mejor, si Geovanni o Rivaldo, al margen de la escasa caballerosidad de la despedida, a pesar de que los implicados en este asunto destacan la “profesionalidad” de su relación. El Barça no ha sabido aprovechar la gran actuación de Rivaldo en Japón y Corea para tratar de venderlo. El juego al ratón y al gato que se han traído jugador y club no ha beneficiado a ninguna de las partes: ahora, casi un mes después de la Copa del Mundo, ni Joan Gaspart ha logrado sacar tajada con un fichaje a otro equipo de postín, ni Rivaldo podrá, seguramente, mantener su sueldo (en torno a los 10 millones de euros anuales), a pesar de haber sido Balón de Oro en 1999. Además lleva un pesado lastre, su edad, 30 años, que obliga a pensar a sus posibles compradores cómo amortizar en pocos años un fichaje de gran desembolso. El Barça, en su apuesta por jugadores de proyección, se ha deshecho en los últimos años de los grandes jugadores que lo habían prestigiado: Figo se fue a Madrid para ganar la Copa de Europa, y ahora, sin Rivaldo, la responsabilidad le queda a los veteranos Luis Enrique, Cocu y Frank de Boer, a los que tratarán de ayudar los jóvenes Riquelme y Saviola. La necesidad de títulos es una mala consejera, y Gaspart se lo ha jugado todo a una carta: pero si esta temporada el equipo no responde, en el sillón presidencial habrá temblores. Veremos si el presidente se mantiene firme en su apuesta durante toda la temporada, a poco que vengan las tormentas.