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El plan del Gobierno para salvar Izar

Por Paula Escalada MedranoTiempo de lectura1 min
Economía11-09-2004

Dinero, organización y trabajo son básicamente las tres cosas que necesita Izar para salvarse. ¿Es el plan del Gobierno el modo de conseguirlas? Cualquiera sabe... ¿Separar el sector? Puede ser la solución al problema. Aunque, ¿quién sabe? Quizás pueda volverse en su contra y multiplicarse en muchos pequeños y grandes problemas.

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) presentó la semana pasada el plan para la reconversión de los astilleros públicos. Este plan se ha diseñado para garantizar la viabilidad y la rentabilidad de los astilleros, que andan sumidos en una profunda crisis tras la falta de trabajo y la sanción que les impuso la UE por recibir ayudas ilegales. El plan ha sido construido, pues, para asegurar el futuro de los astilleros públicos, así como para poder pagar la multa a Bruselas, una sanción que puede ascender a más de 1.100 millones de euros. El plan tiene como base la segregación de los astilleros de Izar en militares y civiles, para evitar así el cierre total de la empresa ya que, si en unos meses no se paga la multa a Bruselas, la empresa tendrá que disolverse y desaparecer. El Gobierno asegura que con esta separación se ayudará, además, a preservar el negocio militar de las consecuencias que tendrá para la empresa la obligación de pagar la multa a la UE. Este plan ha sido elaborado por un grupo de trabajo presidido por Martínez Robles, y en él participan el secretario de Estado de Defensa, Francisco Pardo, el secretario general de Empleo, Valeriano Gómez, el secretario general de Industria, Joan Trullén, el director general de Fondos Comunitarios, José Antonio Zamora, el director general de Política Económica, Ángel Torres, y el secretario general de la SEPI, Enrique Hernández. El informe, además, incluye un análisis de la situación de Izar, estudia las consecuencias de los expedientes abiertos por Bruselas y propone “directrices y posibles líneas estratégicas”, que no un plan serio y concreto, para afrontar el futuro de la empresa.