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VOLEIBOL

Nadie puede con Brasil

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes18-07-2004

Brasil cumplió con los pronósticos y revalidó la Liga Mundial a lo grande, concluyendo invicta el torneo. Serbia, finalista el año anterior, se hizo con la medalla de bronce: tanto ellos como los italianos acabaron rindiéndose a la evidencia de que los brasileños son un equipo prácticamente imbatible.

Ronda preliminar Italia se tomó cumplida revancha de Serbia y Montenegro, que la había derrotado por dos veces en la última jornada de la primera fase. Muy motivados ante su público, Andrea Sartoretti y Andrea Giani pusieron en ventaja a Italia al comienzo del primer partido, mientras que los serbios no consiguieron darles réplica hasta que entró en juego el Vladimir Grbic, pero los transalpinos se encomendaron a Samuele Papi. Finalmente, los anfitriones vencieron por 25-18, 25-22 y 25-23. Bulgaria, aunque perdió por 25-17, 32-30, 12-25 y 25-21, no le dio ninguna facilidad al poderoso Brasil. Los canarinhos construyeron jugadas para que se lucieran Giovane Gavio, Dante Guimarães y Anderson Rodrigues, entre otros, mientras que su rival se encomendaba al mejor rematador del torneo, Dimitri Nikolov. Pero los de Bernardo Rezende –que advertía de que sus hombres no llegaban en su mejor momento de forma– aumentaron el ritmo para ganar el segundo set. Aunque reaccionaron los búlgaros, gracias a un crecido Plamen Konstantinov, Gilberto Godoy Giba y Anderson sofocaron su reacción y pusieron el orden en su sitio. Semifinales Brasil, sin su capitán, Nalbert Bitencourt, mejoró y no permitió que Serbia le ganara ningún set: 25-23, 32-30 y 25-20. Fue una reedición de la final del año anterior, en Madrid, es decir, un partido de una intensidad altísima. Los hermanos Vladímir y Nikola Grbic se toparon con la fortaleza del bloqueo suramericano, y luego Amaral Dante, Giba y André Nascimento. Los balcánicos insistieron y se adelantaron en la segunda manga, pero la tenacidad de los brasileños, impresionante, les llevó a empatar y finalmente conseguir el 2-0: Ljubomir Travica, el técnico serbio, no tuvo ya más recursos para resistir. Mientras, Bulgaria bajó muchos enteros y se llevó un repaso de Italia: 25-21, 25-18 y 25-21. Los bloqueos de Valerio Vermiglio y Luigi Mastrangelo, los saques de Sartoretti y Alexander Fei y los remates de Papi valieron la ventaja en el primer set. En la última manga, el seleccionador italiano, Gianpaolo Montali, relevó a Fei con Paolo Cozzi, que ayudó a remontar un 2-7 en contra y dar la puntilla a los de Milorad Kijac. Tercer y cuarto puesto Tras haber sido derrotada por los dos finalistas, el equipo serbio ganó la medalla de bronce, al imponerse por 25-23, 25-19 y 25-20 a una Bulgaria que pagó la novatada en su primera fase final. Los ex yugoslavos comenzaron un tanto cansados tras el esfuerzo de la víspera, pero gracias a su mayor experiencia, fueron mejorando conforme avanzó el partido. Sin embargo, la falta de solidez de la defensa de Bulgaria permitió al ataque de Serbia, comandado por Matey Kaziyski, Vladímir Grbic e Ivan Miljkovic, remontar el vuelo. Los errores búlgaros hicieron que la segunda manga no tuviese historia, y aunque mejoraron en la tercera, un doble bloqueo de Nikola Grbic y Andrija Geric certificó su despedida sin vencer ningún partido. Final Brasil desplegó una exhibición de juego para derrotar en cuatro mangas (27-25, 25-19, 25-27 y 25-17) a una Italia encorajinada por su público: Giba jugó un partido completísimo –ya fuera en los remates, el bloqueo o las recuperaciones, siempre estuvo acertado– y Papi sacó todo su genio por parte italiana, pero aunque Fei levantó un punto de set, Brasil se salió con la suya. Sartoretti mantuvo a flote a su equipo en el segundo parcial, pero los brasileños no perdonaron un error de Valerio Vermiglio para abrir una ventaja de seis puntos, insalvable ya para los anfitriones. Sin embargo, la reacción llegó en la tercera manga, gracias a algunos errores del combinado canarinho, que aun así, batalló antes de ceder. El último set no tuvo historia: Italia se entregó y los brasileños celebraron por todo lo alto su quinto título de la Liga Mundial.