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La Casa Blanca desclasifica documentos donde autoriza la tortura a los prisioneros

Por Chema García Tiempo de lectura2 min
Internacional26-06-2004

La Adminstración Bush desclasificó documentos durante la semana pasada en los que el Gobierno estadounidense autorizaba a sus soldados a desnudar a los prisioneros de Guantánamo y utilizar perros para amedrentarlos.

Según documentos divulgados por la Casa Blanca, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dio su visto bueno al "contacto físico moderado, pero sin causar lesiones". En este sentido, un alto oficial de Defensa desveló que esta metodología se aplicó durante todo el año pasado en la base militar que Estados Unidos tiene en la isla de Cuba, lugar donde son trasladados muchos de los prisioneros acusados de terrorismo. En la actualidad, el campamento caribeño acoge a unos 600 reos entre presuntos talibanes y miembros de Al Qaeda. Los documentos desclasificados aseguran que las torturas se suprimieron a las pocas semanas de comenzar a aplicarse. Según declaraciones de este mismo oficial aparecidas en la prensa norteamericana, algunos militares obtuvieron además autorización para utilizar otros métodos, entre los que se incluían el uso de toallas mojadas y agua para provocar axfisia y según los memorandos, permiso para "convencer al detenido de que la muerte o un fuerte dolor puede ser inminente para él". En diciembre de 2002, Rumsfeld aprobó una medida en la que se obligaba a los detenidos a estar de pie hasta cuatro horas, el aislamiento durante un máximo de 30 días, la privación de luz, interrogatorios de 20 horas y la obligación de afeitado del vello facial, además de inducir temores a los prisioneros. Estos nuevos datos que salieron a la luz, han servido para avivar la hoguera del escándalo encendida con las fotos publicadas sobre el trato vejatorio sufrido por prisioneros iraquíes en la prisión de Abu Ghraib. En aquel momento, el presidente estadounidense aseguró que sus tropas no practicaban este tipo de acciones. "Nosotros no aceptamos la tortura. Yo nunca he ordenado la tortura. Nunca ordenaré la tortura", afirmó Bush en tonces en una comparecencia junto al primer ministro de Hungría, Peter Medgyessy. Alberto Gonzales, consejero jurídico de la Casa Blanca, explicó al presentar los documentos que estos hechos han hecho "un daño a nuestro país al suscitar la idea de que pudiéramos estar implicados en la tortura". "Eso es contrario a los valores de este presidente y de este Gobierno", apostilló. Por su parte, el senador demócrata Patrick Leahy y miembro del Comité Judicial del Senado, señaló que publicación de los documentos es positiva, pero "insuficiente para neutralizar el escándalo".