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INVESTIGACIÓN DEL 11- M

El líder espiritual les dio permiso para cometer el suicidio colectivo de Leganés

Por Cristina Iglesias DíazTiempo de lectura2 min
España13-05-2004

El marroquí Saed El Harrak ha ingresado en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, por su relación con los terroristas que se suicidaron en Leganés el pasado tres de abril. Un español y cuatro argelinos fueron detenidos entre los días 12 y 13 de mayo en distintos sitios de España por su relación con una célula del terrorismo islámico.

La investigación de los atentados del 11 de marzo ha dado los primeros frutos. El lunes 10 se desvelaba que los terroristas que se suicidaron en un piso de Leganés en abril tenían la autorización de su líder espiritual para realizar un suicidio colectivo. Los terroristas telefonearon en tres ocasiones a la prisión del Reino Unido en la que estaba internado el dirigente jordano de la red terrorista Al Qaeda, Abu Qatadah Al Falastini, para pedir su aprobación. Abu Qatadah fue encarcelado en el Reino Unido hace dos años, acusado de cometer varios atentados en Jordania contra intereses israelíes y estadounidenses. Fue el autor de una grabación hallada en 2002 por la Policía italiana, en la que amenazaba en nombre de Al Qaeda con la destrucción de Roma. Abu Qatadah afirmaba que "el objetivo del Islam es conquistar toda la tierra y Roma será conquistada con la fuerza". Los suicidas realizaron otras llamadas ese mismo día, algunas de ellas a Indonesia, dirigidas a miembros del entorno del ulema Abu Bakar Bashir, supuestamente relacionado con los atentados de Bali de octubre de 2002. Además, los terroristas se pusieron en contacto telefónico esa misma tarde con un profesor universitario de Túnez, formador de salafistas. La Policía Nacional ha obtenido estos datos a través del análisis de las llamadas realizadas desde los teléfonos móviles de los implicados. Para los expertos, las llamadas realizadas por los terroristas el tres de abril demuestran la conexión de la célula que perpetró los atentados del pasado 11 de marzo en Madrid, vinculada al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM). Además, la Policía ha declarado que sus agentes fueron alertados por la mujer de Serhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, uno de los siete terroristas de Leganés, de que éste pretendía suicidarse junto a sus compañeros y les pidió que lo evitaran. El Tunecino perdió la vida el pasado tres de abril, junto a sus cinco compañeros, identificados son Asrih Rifaat Anouar; Jamal Ahmidan, El Chino; Abdennabi Kounjaa y los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha. Se ha podido saber que después de conseguir la autorización para el suicidio, los terroristas celebraron una ceremonia de purificación, se vistieron con túnicas blancas y se lavaron con agua de La Meca. Por su parte, el juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, decretó el ingreso en prisión de Saed El Harrak, detenido en Parla el pasado jueves por su relación con los suicidas de Leganés. El Harrak fue acusado de llamar en varias ocasiones a los autores de los atentados del 11- M, a pesar de admitir que sólo conocía a uno de los siete suicidas, Abdennabi Kounjaa. El terrorismo islámico ha sufrido un duro golpe esta semana, con la detención de cinco integristas de la célula de apoyo al terrorismo islámico, uno de ellos español. Los arrestos se produjeron en Bilbao, Madrid, Barcelona y Cantabria entre el miércoles 12 y el jueves 13. Los arrestados pasarán a disposición judicial el próximo lunes.