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BALONMANO

Despedidas de oro

Por La Semana.esTiempo de lectura2 min
Deportes04-04-2004

El Barça ganó la Copa del Rey, el único título al que optaba, para homenajear a su entrenador, Valero Rivera, y a su capitán, Enric Masip, que se retirarán a final de temporada. El Ciudad Real no pudo revalidar el título y perdió por 25-27.

Ni el anfitrión ni el campeón, como en anteriores ediciones, se alzaron con la Copa. Fue el turno del Barcelona, que se dio un homenaje para despedir a Valero Rivera, quien consiguió su título número 70 en las dos décadas que ha ocupado el banquillo azulgrana, y a Enric Masip. Los dos entrenadores eran conscientes de la importancia de la defensa y la falta de intensidad de la defensa del Ciudad Real fue un pesado lastre, ya que ni José Javier Hombrados ni José Manuel Sierra estuvieron especialmente acertados en la portería. Talant Dujshebaev trató de compensarlo, pero estuvo siempre dificultado por la presión del Barça. Los lanzamientos del zurdo Lazslo Nagy y el oficio del veterano Dragan Skrbic en el pivote –anotaron 13 goles– marcaron las primeras diferencias a favor del Barça. Al otro lado de la cancha, los azulgranas plantearon una defensa abierta que se atragantó a los de Juan de Dios Román, a pesar de los esfuerzos del técnico extremeño por dar instrucciones a sus jugadores. Tan sólo en la segunda mitad hubo un cierto conato de reacción por parte del Ciudad Real, que redujo a tres goles su desventaja, con el islandés Olafur Stefansson como mejor anotador, con siete goles. Ahora bien, la respuesta la encontraron en David Barrufet, que hundió con sus paradas los pocos ánimos que les quedaban de remontar. El cuadro culé controló el ritmo del juego y Antonio Carlos Ortega, que sumó seis goles, mantuvo a raya a un Ciudad Real que acabó fundido físicamente. El torneo tuvo un gran nivel y los finalistas tuvieron que trabajarse sus triunfos. El caso más representativo fue la semifinal que enfrentó al Ciudad Real y el San Antonio de Pamplona, resuelta en los penaltis tras haber empatado después del tiempo reglamentario y la prórroga. El Barcelona, en tanto, sufrió en el partido de cuartos de final, que le enfrentó al Ademar de León, las bajas de Íker Romero y el noruego Frode Hagen. El Teucro de Pontevedra se convirtió en la revelación del torneo, tras apear al Cantabria y plantar cara, a pesar de su evidente inferioridad, al posterior campeón.