Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

RUSIA-CHINA

Rusia y China rechazan el escudo antimisiles de EE.UU.

Por David HurtadoTiempo de lectura1 min
Internacional18-07-2001

El acuerdo entre Rusia y China supone también un acuerdo tácito en su oposición al proyecto de escudo antimisiles diseñado por el Gobierno estadounidense.

El pacto sellado la pasada semana entre China y Rusia pretende ser también un freno al avance de la hegemonía estadounidense en el mundo y, en especial, en Asia. Una oposición que se fragua, además, en la oposición mutua al escudo antimisiles que pretende implantar el presidente de EE.UU., George W. Bush. Tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como el chino, Jiang Zemin, recalcaron su oposición al proyecto y su idea de mantener en las mismas condiciones en que se encuentra ahora el Tratado Antimisiles Balísticos (ABM). Para ambos mandatarios, el tratado actual es la "piedra angular de la estabilidad estratégica y la base para la reducción de las armas ofensivas". En la declaración conjunta, Putin y Zemin advirtieron a EE.UU. de que la puesta en marcha del escudo les obligaría a tomar las "medidas adecuadas". De hecho, Putin ha llegado a decir en una entrevista que de cristalizarse el proyecto de George W. Bush, Rusia respondería "instalando más cabezas nucleares". Pese a todo, los dos dirigentes pusieron énfasis en la necesidad de evitar la carrera armamentística mundial y, para ello, no permitir que EE.UU. instale su escudo. Pese al acuerdo, Putin ha desmentido que, en caso de concretarse el paraguas antimisiles estadounidense, China y Rusia desarrollasen una estrategia conjunta para contrarrestarlo. El presidente ruso confirmó que ese acuerdo podría ser posible, pero que no entra en sus cálculos ya que Putin considera que Rusia tiene capacidad suficiente para responder por su cuenta a cualquier cambio que se produzca en el panorama internacional. El pacto entre Rusia y China fue sellado un día después de que el Gobierno estadounidense llevara a cabo con éxito una prueba de su escudo. Bush mostró su satisfacción ante el éxito de la prueba y confirmó que el plan para la instalación del escudo antimisiles antes del 2005 continúa adelante.