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RELIGIÓN

Aprobada la ley francesa que prohíbe el velo islámico en las escuelas

Por Sandra CarreteroTiempo de lectura1 min
Sociedad28-01-2004

"¿No es el Islam el que nos ha hecho descubrir la escuela?"; "Chirac, nuestro velo no es una agresión a la República"; "Chirac, nuestro velo es una elección"... Son los gritos de protesta que coreaban miles de personas, en su mayoría musulmanes, que se agolparon en las principales ciudades francesas para manifestarse en contra del proyecto de ley que ha aprobado el gobierno francés.

En este proyecto se prohíbe a los alumnos de primaria y secundaria de la escuela pública "llevar signos religiosos ostentibles". El texto, de tres artículos, redactado por el ministro de Educación Luc Ferry, será examinado por los diputados a partir del 3 de febrero. Entrará en vigor en el inicio de clases en septiembre de 2004. Las respuestas de los islamistas y del Vaticano no se han hecho esperar. El primero en responder a la nueva ley del presidente francés Jacques Chirac ha sido el cardenal Mario F. Pompedda, uno de los máximos expertos en Derecho de la Iglesia católica, ha declarado "si llevar el velo es fruto de una imposición contra la voluntad de la mujer, el Estado puede impedir que ésto tenga lugar porque se perjudica la libertad personal del individuo. Pero si quien lo lleva quiere llevarlo libremente, el Estado no puede obligarle a quitárselo". Las otras protestas contra esta nueva ley vienen por parte de los musulmanes. Los líderes de los diferentes partidos llamaron a sus seguidores para que se unieran a las manifestaciones para protestar por la prohibición de que sus mujeres no puedan ir al colegio con el velo. Cada partido se manifestó de formas diferentes. El presidente del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM) y rector de la Gran Mezquita de París, Dalil Boubakeur, llamó a sus seguidores a unirse a las protestas de una forma pacífica y civilizada y advirtió del peligro de politizar las costumbres de cada pueblo, ya que con las elecciones regionales francesas tan cerca podría traducirse en un alto incremento de votos al partido ultraderechista de Le Pen.