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SALUD

Cada hora mueren 500 niños debido a las desigualdades

Por Sandra CarreteroTiempo de lectura1 min
Sociedad18-12-2003

Nacer en África es estar condenado a morir. Las patologías perinatales, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, las enfermedades diarreicas, la malaria, el sarampión, las anomalías congénitas, el sida, la tos ferina, el tétanos y la malnutrición proteico-energética son las enfermedades que en 2002 se cobraron la vida de 10`5 millones menores de cinco años, según la agencia de Naciones Unidas.

De todos esos niños, el 98 por ciento pertenecían a países en vías de desarrollo, y 19 de los 20 forman parte de África, donde la mortalidad infantil no deja de aumentar y engrosar más las listas. Las desigualdades en materia de salud son tan elevadas que un niño africano pobre tiene diez veces más posibilidades de morir que un niño pobre nacido en América. Lo más positivo que refleja este informe de la OMS es el fuerte descenso de mortalidad infantil que se ha producido en países del sudeste asiático y América Latina. Otros países que han obtenido datos beneficiosos son Chile, Costa Rica y Cuba, que han logrado disminuir la tasa de mortalidad infantil en un 80 por ciento respecto a 1970, mientras que el caso más preocupante es Haití, con 133 niños muertos por cada 1.000 nacidos vivos. Europa del Este refleja una tendencia única en el mundo ya que mientras reducen la mortalidad infantil, aumenta las muertes entre los adultos. En los países que formaban parte de la Unión Soviética, la esperanza de vida de quienes entran en la vida adulta (15 años) ha disminuido en 4,2 años para los hombres y 1,6 años para las mujeres. En el informe de la OMS se expresan las diez causas principales que arrebatan la vida a los adultos: el sida, las cardiopatías isquémicas, las enfermedades cerebrovasculares, los desórdenes depresivos, las heridas provocadas por accidentes de tráfico, la tuberculosis, el abuso en el consumo de alcohol, los actos de violencia, las pulmonías crónicas y la pérdida de la audición.