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TENIS

Australia se hace más grande

Por Juan Diego GómezTiempo de lectura2 min
Deportes30-11-2003

Australia se tomó la revancha de hace tres temporadas y de la derrota con Francia en la anterior edición, que perdió en casa, contra un equipo español del que tan sólo se salvó Carles Moyà. Juan Carlos Ferrero no fue esta vez el líder que esperaba el G-3 y perdió sus dos partidos, mientras que el experimento de dobles, a pesar de las condiciones de Feliciano López, resultó un fiasco.

La primera jornada empezó mal para los españoles, ya que Ferrero perdió contra Hewitt en el primer partido de la eliminatoria. El valenciano no pudo superar al enfant terrible del tenis mundial: la inseguridad y los errores de novato propiciaron la derrota en un partido que tuvo en sus manos tanto en el primer como en el tercer sets. La sorpresa de la jornada la protagonizó Carles Moyà, que venció al número uno australiano, Mark Philippoussis, en un partido maratoniano. El mallorquín partía como clara víctima, pero una vez más demostró que es capaz de lo mejor y de lo peor. El partido de dobles ofreció lo que todo el mundo esperaba: una tremenda derrota para los españoles. La pareja formada por Álex Corretja y Feliciano López no fueron obstáculo para los australianos Todd Woodbridge y Wayne Arthurs. La inclusión del toledano en el equipo nacional tras una arriesgada decisión de los capitanes del equipo, comandados por Jordi Arrese, no dio resultado. La inexperiencia del jugador y la poca compenetración con Corretja, pues tan sólo habían jugado seis partidos, provocaron la debacle. Muchos echaron de menos a un jugador experimentado en este tipo de partidos como Albert Costa, aunque más reacio a la hierba que López. En la última jornada Ferrero se la jugó con Philippoussis, y, como le ha sucedido desde que ganó Roland Garros, volvió a perder en el momento más importante. El cañonero aussie le ganó la eliminatoria en una final épica, digna de la Davis. El Mosquito consiguió igualar el partido a dos mangas, pero en el momento clave le tembló la muñeca. El quinto punto de la eliminatoria, que debían disputar Moyà y Hewitt, no se disputó.