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PARTIDO POPULAR

Cunden las contradicciones en el PP sobre la sucesión de Aznar

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura1 min
España11-07-2003

Si Aznar aconsejó silencio, por algo sería. El líder de los populares prohibió el pasado lunes terminantemente a los suyos hablar de la sucesión hasta septiembre u octubre. Al día siguiente se marchó de gira por Estados Unidos y cundió el caos. Diferentes dirigentes del PP han opinado sobre el tema, aunque con notables contradicciones.

La primera fue Ana Mato, la nueva número tres del partido. Anunció que Aznar seguirá como presidente del PP hasta enero de 2005. Pero esta versión contradice totalmente la promesa del jefe del Ejecutivo de ceder sus funciones al frente del partido cuando abandone al año que viene el Palacio de La Moncloa. Además, crearía una bicefalia durante nueve meses con Aznar y su sucesor como jefes del partido. El número dos del PP, Javier Arenas, quiso explicar esta nueva situación, pero lo hizo con poca fortuna. Apostó por que el sucesor sea presidente del partido después de las elecciones generales de marzo, aunque para ello haría falta un congreso extraordinario. Y ahí estalló la polémica. El Partido Popular sólo quiere hablar de las elecciones autonómicas de Cataluña, Madrid y Andalucía. La elección del sucesor es tema tabú. En menos de 24 horas, Arenas tuvo que rectificar y calificó de "reflexión intelectual" la idea de un congreso extraordinario. Dieciocho horas después volvió a rectificar y culpó a la prensa de haber malinterpretado "pésimamente" sus declaraciones en una muestra más del nerviosismo que genera dentro del PP la elección de un nuevo líder y el cambio de candidato a la Presidencia del Gobierno. La cosa no está clara. Aznar ha aparcado el tema hasta después del verano y ni siquiera piensa iniciar una ronda de consultas durante las vacaciones. A finales de septiembre propondrá un nombre al partido para que los órganos internos ratifiquen a su candidato. El traspaso interno de poderes parece aún más confuso. El congreso extraordinario parece descartado de puertas a fuera pero, en los despachos de Génova, sigue encima de la mesa como gran catapulta del sucesor y foro para ovacionar al actual presidente del Gobierno. El propio Aznar ha dejado abierta la puerta a cualquier salida "extraordinaria".