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ELECCIONES

Vuelven las críticas internas al PSOE mientras el PP recupera la tranquilidad

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
España30-05-2003

Unos están nerviosos. Otros respiran ahora tranquilos. El resultado de las elecciones autonómicas y municipales ha dado la vuelta a la tortilla. El PSOE había puesto tantos ingredientes en la sartén que el plato ha terminado quemado. El PP, en cambio, cocinó a fuego lento la campaña electoral y ha logrado que el guiso quedase más o menos en su punto.

Esta es la lectura que hacen respectivamente en las sedes nacionales de PSOE y PP. El equipo de José Luis Rodríguez Zapatero acabó con una pequeña indigestión cuando comprobó el recuento de los comicios. Han perdido el gobierno de Baleares y han logrado, mediante un pacto con IU, el de la Comunidad de Madrid. No es poco. Pero los socialistas esperaban más, mucho más. El secretario general del PSOE estaba seguro de que Francesc Antich seguiría al frente del archipiélago y confió en que Joan Ignaci Pla redujese al menos la mayoría absoluta del PP en Valencia. Pero nada de nada. El secretario de Organización, José Blanco, ha disfrazado de victoria las elecciones por los 90.000 votos más que el PP. Pero el gobierno de las grandes ciudades y de las comunidades sigue siendo de los populares. Están tratando de cerrar un pacto con los regionalistas de Cantabria para robar esta Comunidad al partido de José María Aznar. El PP vuelve a respirar tranquilo. La guerra de Iraq y la crisis del Prestige había generado muchas dudas entre los dirigentes de Génova 13. "¿A que no lo esperabais?", preguntó Aznar a los miembros de la Ejecutiva del PP. Ni ellos mismos creían los resultados. La insuficiente victoria en Madrid de Esperanza Aguirre se ve como un "triunfo rotundo" porque Alberto Ruiz-Gallardón ha obtenido una amplísima mayoría absoluta en el Ayuntamiento. Ahora, todos empiezan a pensar en las generales de 2004. Zapatero ya es el candidato del PSOE. El PP no elegirá al sucesor hasta el mes de septiembre, aunque todas las miradas se centran en Rodrigo Rato. Aunque Gallardón tendría más "tirón" en las urnas, el ministro de Economía es casi el único capaz de recibir el apoyo unánime del partido. Siempre ha sido la mano derecha de Aznar y, tras los resultados del 25-M, incluso osó besar a Ana Botella en lo alto del balcón instalado en la sede del PP.