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INCIDENTES DEL 1 DE MAYO

Estrepitoso fracaso de la celebración del Día del Trabajo

Por Asun LosadaTiempo de lectura3 min
Economía04-05-2003

La violencia del fútbol, de las manifestaciones y de las reyertas callejeras ha llegado también hasta la celebración del Día del Trabajo. Tras el inicio de una jornada que se preveía prometedora por su defensa de la paz y la petición pacífica de empleo, las cosas se torcieron.

Desde las nueve de la mañana numerosos colectivos, entre ellos el de Sintel, comenzaron a manifestar sus inquietudes trabajadoras y a insultar al dirigente de CC.OO. (Comisiones Obreras), José María Fidalgo. Hacia las once y media de la mañana, nada más llegar a la Plaza de la Cibeles, los trabajadores de Sintel increparon a Fidalgo y le exigieron su dimisión. Desde ese mismo momento, el servicio de seguridad de CC.OO. y varios dirigentes evitaron que los trabajadores se acercasen a la cabecera de la manifestación, donde se encontraba Fidalgo. Durante 40 minutos, en las calles madrileñas se pudieron oír insultos hacia Fidalgo, entre los que destacaba el de "esquirol", y lemas como "Fidalgo es del PP" y "dónde están, no se ven, los contratos de Sintel". La causa de estos gritos eran las numerosas manifestaciones que habían llevado a cabo los trabajadores del "Campamento de la Esperanza" de Sintel durante la semana, exigiendo que se les ofreciesen los contratos que, en su día, se les habían prometido. Tras casi una hora de parón en las calles madrileñas a causa del tumulto, la cabecera de la manifestación pudo desplazarse, a la una de la tarde, hacia la Puerta del Sol. Fidalgo, Cándido Méndez, de UGT (Unión General de Trabajadores), Gaspar Llamazares, coordinador general de IU (Izquierda Unida), y algunos líderes socialistas, como Jesús Caldera y Jordi Sevilla, a duras penas podían llegar hasta el lugar dispuesto para las actividades. Con el lema de fondo "Fidalgo, aprende, Méndez no se vende" el ambiente se iba haciendo cada vez más tenso hasta que, cuando los dirigentes entraban en la zona de reserva del escenario, Fidalgo recibió un golpe en la cabeza. Al momento comenzó a sangrar abundantemente y tuvo que ser trasladado en un coche hasta el hospital Clínico. Visiblemente mareado y con la mano en la cabeza, el dirigente de CC.OO. tuvo que abandonar el acto. Las cámaras de televisión pudieron grabar la agresión que, al parecer, fue provocada por un trabajador de Sintel que logró acercarse con una pancarta hasta las vallas y propinarle un golpe en la cabeza a José María Fidalgo. Inmediatamente después, el líder de UGT, Cándido Méndez, canceló los actos del día, afectado por la agresión de su compañero. Entre sus palabras, destacó una frase, con la que concluyó el acto: "cuando se recurre a la fuerza para defender la razón, ésta se debilita e incluso se pierde". Acto seguido sonó el himno de la Internacional y se dio por concluida la celebración. Esa misma tarde, el secretario general de CC.OO. de Madrid, Javier López, presentó una denuncia ante los juzgados de la plaza de Castilla por la agresión. López explicó a los medios de comunicación que serán los tribunales los que determinen el autor de la agresión y aseguró que este asunto "no puede tener el cauce de la violencia como solución". Francisco José Ansuátegui, delegado de Gobierno de la Comunidad de Madrid, se desplazó a la casa de Fidalgo para ver su estado y garantizó que "se harán cuantas diligencias sean necesarias" para identificar al agresor, "que ha roto el desarrollo siempre pacífico de las manifestaciones". "Entendemos que el colectivo de Sintel no ha protagonizado, en ningún caso, esta agresión sino que ha sido una persona muy concreta", aclaró Ansuátegui y añadió que no se tolerarían situaciones violentas de este tipo. Además, informó que "los trabajadores que ejerzan la violencia no contarán con Comisiones Obreras". De momento aún se desconoce al autor de la agresión, que se espera sea identificado por las grabaciones y las fotografías del momento del golpe. De este modo, este año, el lema unitario "Por la paz, por el empleo. No a la guerra" ha quedado ensombrecido por la violencia injustificada.