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ORIENTE PRÓXIMO

40 muertos y más de 100 heridos en otra oleada sangrienta

Por Carmen Rosa FernándezTiempo de lectura1 min
Internacional09-03-2003

El conflicto palestino israelí vive uno de sus momentos de mayor tensión y violencia con enfrentamientos diarios y un continuo aumento del número de víctimas. Las acciones llevadas a cabo los últimos días por grupos extremistas palestinos y el ejército israelí no han hecho más que encrudecer una crisis que, pese a las advertencias de la comunidad internacional, ve cada vez más lejos un final pacífico.

En concreto, 55 personas resultaron heridas en Haifa la semana pasada cuando un suicida palestino detonó una carga explosiva en el interior de un autobús. El vehículo quedó completamente destrozado e invadido por los cadáveres de los 14 israelíes, la mayoría estudiantes universitarios, y el cuerpo del propio kamikaze. Una vez más, desde Hamas y la Yihad Islámica definieron este último ataque como una seria advertencia para Israel. La respuesta israelí no se hizo esperar y tanques y helicópteros del ejército bombardearon poco después el campo de refugiados de Yabaliya. La incursión se cobró en este caso la vida de 11 palestinos al tiempo que hirió a 140 civiles. Según la versión israelí, la mayoría de los muertos fueron causa de sus propios proyectiles lanzados contra el ejército y que se trataba de personas armadas. Por su parte, fuentes hospitalarias palestinas aseguran que cinco de las víctimas tenían entre 13 y 16 años. Y vuelta a empezar porque esta acción contra Gaza fue contestada a las pocas horas con la explosión de cinco cohetes Quassan en Sderot sin causar víctimas. En esta ocasión, Las Brigadas Izedine al Quasam, brazo armado de Hamas, juraron venganza. La última acción sangrienta del conflicto fue provocada una vez más por el bando israelí con la reocupación del norte de Gaza. Como resultado, ocho palestinos y dos israelíes muertos, lo que aumenta a 37 las víctimas mortales de esa semana. La reocupación de este territorio tiene como objetivo, según Sharon, establecer una zona de seguridad para prevenir el lanzamiento de cohetes Quassam hacia poblaciones israelíes.