CINE

El cine español sobrevive a la crisis del sector

Por Eduardo Iglesias2 min

Espectáculos29-12-2002

A pesar de la tan nombrada crisis del cine español, la situación de la cinematografía española no es peor que la de años anteriores. Su cuota de pantalla se coloca -a falta de la última quincena de diciembre- en el 13 por ciento, muy similar a la de 1999 e incluso superior a lo que se refiere en recaudación bruta, según los datos del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA). Sin embargo, el descenso de la producción sí augura una mala época para el cine español en el 2003, perjudicado por la situación de las plataformas digitales.

La bajada en la taquilla responde a los conocidos ciclos del cine español, que fluctúa según los estrenos de cada año. En el 2001 Los Otros y Torrente 2 acumularon once millones de espectadores, precisamente la diferencia de público entre los dos últimos años. Por eso lo referente a esos datos no son alarmantes, ya que son frecuentes, como muestran las variaciones de la cuota a lo largo de los años, con un 14 por ciento en 1999, un 10 por ciento en 2000, un 18 por ciento en 2001 y un 13 por ciento en 2002. El número de filmes cuya recaudación pasa del millón de euros -una cifra que, por otra parte, ni siquiera se acerca al presupuesto medio- es similar al año anterior, en torno a 17. Sin embargo, se produce un descenso en la producción que tiene dos lecturas. La negativa es que pasar de 153 a 108 producciones es una muestra de la crisis de un sector que genera muchos puestos de trabajo -además de ser una industria cultural, lo que ya le confiere valor en sí mismo-, provocado en parte por la crítica situación de la televisión digital y la agresiva política de distribución estadounidense. La lectura menos negativa es que supone un ajuste a los verdaderos gustos del público español, que ha dejado a una sola película española, El otro lado de la cama, entre las 25 más taquilleras del año. La distribución en cines de los títulos españoles ha crecido, algo que no deja de generar datos engañosos, ya que una cifra muy alta de esas películas no son capaces ni de superar los cien mil espectadores. Son, por lo tanto, pérdidas e inversiones que se quedan sin recuperar y evitan la producción de nuevos filmes para el 2003. En lo referente al cine que se hace en el Resto del mundo, es decir, las cifras que excluyen a Estados Unidos, la situación no ha pasado por ser especialmente buena. La cuota estadounidense se ha colocado por encima del 70 por ciento, unos datos peores a los del 2001 y 1999, aunque no tan patéticos como el 80 por ciento del 2000. Apenas Francia -una de las escasas industrias cinematográficas reales de Europa- y el Reino Unido -muy a la sombra de Hollywood- son capaces de resultados reseñables.