CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

No llego a la Navidad

Por Álvaro Abellán1 min

Opinión23-12-2002

Ya llegó la Navidad, pero no estoy seguro de llegar yo a ella. La ventaja de publicar cada semana es que puedo consultar mi diario público. Para los que no llevamos regularmente uno íntimo, éste que comparto con vosotros cobra aún mayor importancia: viene a ser mi memoria histórica. En fechas señaladas dedico siempre un tiempo especial a repasar qué publiqué y cuándo. Sonrío al descubrir en artículos de actualidad reflexiones sobre mi vida privada; o al encontrar, en artículos desvinculados de la rueda de la información, críticas aceradas a los sucesos de la semana. Repaso los artículos publicados cada año por estas fechas y descubro con sorpresa pocos dedicados a la Navidad. La mayoría recuerdan las pasadas guerras, dos usan a Papá Noel y a los Reyes Magos como excusa y sólo uno entre diez habla de la Navidad o, mejor, invitaba a todos a vivir la Navidad, como invita siempre aquel que se la pierde. Pedía en él que escapáramos de la rutina, el trabajo, las obligaciones urgentes y nada importantes y a todo lo demás para poder parar, respirar hondo durante un minuto y estar con la familia. Aquel año se me imponía esa actitud como evidente. Doce meses después, ha sido necesario que lo releyera. Las cenas de Navidad, las fiestas, los compromisos, las gestiones de última hora, la decoración de la casa, los regalos, los productos de temporada, las lecturas atrasadas y los previsibles imprevistos de cada año sepultan lo importante, como la estéril tierra que cubre un tesoro de humanidad hasta pudrirlo y agusanarlo. Cada año el esfuerzo por desconectar es mayor, como era nulo era cuando niño. Este año, una vez más, no llego a tiempo para hablar de la Navidad. Ya trabajo en llegar a la que viene.