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Descenso del Euribor: una bajada que espera una subida

Por José Martín de BernardoTiempo de lectura2 min
Economía22-12-2002

La política monetaria comienza a mover su maquinaria para reactivar la economía. De este modo, el descenso del Euribor es un dato que explica la intención de Europa de movilizar al alza el consumo y flexibilizar la deuda. El peligro de un aumento de inflación se convierte en un tema secundario.

El Euribor es el índice del tipo de interés del sistema interbancario en Europa, por lo que su descenso escalonado con vistas a un año puede producir cambios económicos. Para empezar, un descenso del Euribor produce una bajada del tipo de interés, lo que deja al dinero más barato. Es decir, solicitar un crédito en un banco nos saldrá más económico, llevar la carga de la hipoteca será menos pesada y a su vez los intereses de la deuda del Estado que tenga que pagar serán inferiores. Es una medida con la que parece que ganamos todos, pero en el horizonte de esta medida se intuye que traerá un aumento de la inflación. Con esta disposición, la intención del Banco Central Europeo, que ya bajó el tipo de interés, es la de que los ciudadanos tengan más dinero en sus bolsillos, bien para gastar, lo cual reactivaría el consumo, o bien para que busquemos otros sistemas de inversión, como la bolsa, que podría experimentar un alza. Si el Euribor se situaba durante las ultimas semanas en torno a tres puntos, con vistas a un año se reduce por debajo de los tres puntos, situándose como media en 2,8. Esta arma de la política monetaria es letal para la economía, puesto que cambios en el tipo de interés producen unos aún mayores en las economías de los estados. A lo largo de la historia de la economía ha habido dos escuelas que sobre este campo han mostrado su diferencia: la de Chicago y la Keynesiana. La primera liderada por el Premio Nobel Milton Friedman abogaba por utilizar pequeños cambios en materia monetaria. La segunda, precursora de los postulados de Keynes, no abogaban tanto por la política monetaria. Los estados actuales se han dado cuenta del arma que supone realizar cambios en este campo y de las consecuencias a corto y medio plazo que tienen. En el nuevo milenio, el resultado es de Friedman uno, Keynes cero.