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CINE

Penélope Cruz: "La droga es un diablo disfrazado de una niña preciosa"

Por Víctor GalloTiempo de lectura2 min
Espectáculos08-06-2001

Johnny Deep interpreta en Blow al primer traficante que introdujo a gran escala la droga en EE.UU. Penélope Cruz, su compañera de reparto, habla maravillas de él, "es una de las personas con mayor sentido del humor que conozco, es muy especial", afirmó la actriz madrileña, en la rueda de prensa que ofreció el viernes en el Hotel Ritz junto a Jordi Mollá.

Penélope interpreta el papel de la amante del traficante, con lo que su personaje se relaciona muy íntimamente con el mundo de las drogas, cosa que, por otra parte, no le ocurre en su vida real a la actriz española más internacional del momento. "Para mí la droga es el diablo disfrazado de niña preciosa y vestida de blanco. Tengo que tener mucho cuidado con este tipo de cosas, pues mi sistema nervioso es muy sensible. Por eso no tomo ni siquiera café", reseñó la actriz. Con respecto a su papel, primer gran éxito de taquilla en una película estadounidense -lleva recaudados más de 60 millones de dólares (unos 11.100 millones de pesetas) desde su estreno- Penélope explicó que es el más complicado que ha tenido, pero también el más agradecido. También aseguró que el tratamiento que la película hace sobre el tema de las drogas es muy acertado. Además, añadió que para desarrollar mejor su interpretación contactó con ex drogadictos que le ayudaron mucho a comprender este problema. Jordi Mollá interpreta el papel de Diego Delgado, el hombre que introduce al narco norteamericano en los carteles colombianos. Mollá valoró su primera experiencia en este cine como muy buena. "Al principio estaba muy asustado por toda la repercusión que tiene esto, lo pasé muy mal en un primer momento, yo quería quitarle importancia a lo que estaba haciendo, pero cuando te das cuenta de que el cámara tiene cara de cámara, cuando el foquista tiene cara de foquista... te das cuenta de que es todo igual que en España pero a gran escala", señaló Mollá, en el tono jocoso que predominó en sus intervenciones. Para ambos supone todo un reto tener que trabajar en otro idioma. "Está claro que es más difícil, pero también tiene su punto bueno porque te distancias más del personaje. Al hablar en un idioma que no es el castellano, ya estás interpretando a otro tú. Te sientes más virgen", comentó Mollá, mientras Penélope se limitó a decir que "de esta forma te autocriticas menos".