VENEZUELA
Chávez afronta su cuarta semana de situación insostenible
Por Vicente García Gandía2 min
Internacional22-12-2002
Ante la inconstitucionalidad de unas elecciones anticipadas o de un referéndum como posible salida al conflicto que asola el país latinoamericano desde hace tres semanas, en Venezuela la tensión late en las calles.
Los enfrentamientos entre los seguidores de Chávez y sus opositores convirtieron la semana pasada al quinto productor mundial de crudo en un escenario de guerra no declarada. Como resultado del desorden nacional, se teme un nuevo caracazo, saqueo de los comercios; no hay medicinas, harina, pan, carne, leche; ni lo más importante: gasolina para que funcionen los principales motores de la economía del país. El Gobierno, por el momento, ha ordenado al Ejército la toma de los petroleros anclados en la costa de Maracaibo para reactivar toda la industria venezolana pero aún no se ha conseguido nada. Un Ejército que a través de su comandante general, Julio García Montoya, aseguraba la semana pasada que "tiene sus mejores capacidades dispuestas para impedir que prospere esta apuesta por el colapso económico y social de la nación" que "rebasa los límites del juego democrático". La Organización de Estados Americanos, OEA, se posicionaba también al lado del presidente Chávez al asegurar que rechazaba "cualquier intento de golpe de Estado o alteración del orden constitucional venezolano que afecte gravemente al orden democrático". Unos apoyos que se consolidaron con las medidas cautelares ordenadas por el Tribunal Supremo venezolano para acabar con lo que desde el Ejecutivo se ha calificado de "sabotaje" a la industria petrolera. El fallo requería "a todas las autoridades y particulares vinculados con el restablecimiento de la actividad económica e industrial" para "que acaten los decretos y resoluciones emanados para lograr la puesta en funcionamiento de la industria petrolera y sus derivados". A la espera de las primeras negociaciones entre Chávez y la oposición, con la medición de la OEA, los dirigentes de la oposición y los petroleros manifestaron que no reconocen la sentencia del Supremo, amparándose en el artículo 350 de la Constitución, que admite el derecho a desconocer "cualquier legislación que contraríe los valores democráticos". Mientras tanto, Hugo Chávez ha asegurado que "detrás del intento de parar Petróleos de Venezuela (PDVSA) hay un nuevo intento de derrocar al Gobierno" promovido por los mismos que articularon el pasado mes de abril el golpe de Estado que le alejó de la Presidencia por unas horas. En palabras de Chávez: "sólo me iré cuando Dios quiera".