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MARRUECOS

Benaissa rectifica y ofrece una reunión a Palacio para solventar la crisis

Por Noelia Hernández MartínTiempo de lectura3 min
España25-11-2002

Rabat está dispuesto a mantener ahora la reunión que suspendió en septiembre, justo antes de las elecciones marroquíes. Desde esa fecha, el Gobierno español ha estado a la espera de un gesto del nuevo Ejecutivo de Marruecos para reiniciar las relaciones diplomáticas con el país magrebí.

Hace ya más de un año que el rey marroquí, Mohamed VI, llamó a consultas al embajador en España. En realidad, esta llamada a consultas no es más que un eufemismo de la retirada directa del embajador. Cuando se demanda una llamada a consultas es por un tiempo breve, en el que el diplomático informa, de primera mano, de las relaciones hostiles entre ambos países. Sin embargo, su particular llamada a consultas del embajador significa más bien una retirada del diplomático, lo que trae consigo el fin de relaciones fluidas entre ambos países y lo que es peor, el no reconocimiento por parte de Marruecos del Estado Español. Este hecho puso de relieve una crisis que fue empeorando hasta desembocar en el conflicto de Perejil. A este altercado le siguió una reunión entre ambos países en Rabat. El encuentro ya empezó mal desde el aeropuerto, donde Palacio fue recibida por un jefe de protocolo (el cargo de menor rango que ha acudido a recibir a un representante extranjero en una visita oficial) en lugar de su homólogo, Mohamed Benaissa. Con el simple objeto de recuperar el diálogo, ambos países acordaron dos meses después un encuentro en Madrid, reunión que nunca se celebró debido al peculiar incidente de la avioneta de Tele 5. Marruecos alegó que no asistiría a Madrid porque un avión (la avioneta de Tele 5) sobrevoló el espacio aéreo marroquí. El pasado lunes, Palacio anunció que Benaissa está dispuesto a pagar su deuda y celebrar la reunión. El encuentro tendrá lugar entre el 10 y el 15 de diciembre, previsiblemente el 11. Con el escenario descrito, parece lógico que Palacio no quisiera aventurar cuál será el resultado de la reunión. En principio, el máximo objetivo de España es la vuelta del embajador marroquí. El anuncio de Palacio se produce después de que Benaissa se comprometiera hace dos semanas en Bruselas ante el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, a viajar a España y celebrar la reunión que se tenía que haber celebrado en septiembre, en vísperas de las elecciones marroquíes. Hay que tener en cuenta que Marruecos según declaró Palacio, "es un socio privilegiado de la Unión Europea (UE) y debe seguir siéndolo" y que "España es la cabeza de puente" con él. "Tenemos conciencia clara del interés por mantener las relaciones al mejor nivel posible". Pero lo cierto es que la tensión entre ambos países no sólo perjudica a la UE y al papel que España juega en esta Comunidad, sino que también afecta a los intereses españoles. Como consecuencia del fin de las relaciones entre ambos países, ha aumentado el flujo de inmigrantes en situación irregular procedentes de Marruecos. Los contactos son nulos entre ambos países lo que afecta también al comercio. Por ejemplo, el Gobierno español no ha autorizado ninguna operación de venta de armas a Marruecos, cuando en 2002, el país vecino fue el tercer cliente de la industria militar española, por detrás de Reino Unido y Portugal. Los programas de cooperación con Marruecos también se han visto perjudicados con la crisis. Rabat se niega a aceptar las subvenciones españolas. Relaciones en fin, que interesan a uno y otro país y que sin diálogo y relaciones diplomáticas se están viendo y se verán gravemente afectadas.