Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TERRORISMO

Homenaje a un terrorista

Por Cristina CasaresTiempo de lectura1 min
España29-11-2002

Félix Ramón Gil Ostoaga apareció muerto el sábado pasado de madrugada cerca de Legazpia (Guipúzcoa), su localidad natal. Las hipótesis barajaban un posible suicidio de este miembro de ETA que se confirmó con la autopsia. Al día siguiente, los familiares y amigos no dudaron en celebrar un homenaje al terrorista, además de que Batasuna pidiera el nombramiento de Gil Ostoaga como "hijo predilecto" de Legazpia.

Los familiares y amigos de Gil Ostoaga celebraron un homenaje público en Legazpia donde se pudieron oír consignas de apoyo a la banda terrorista ETA. Los que acudieron acusaron, además, al Estado de ser culpable del suicidio al someter, según ellos, a Gil Ostoaga a continuas presiones tras su salida de la cárcel. En el lugar donde fue encontrado el cadáver del etarra permanecen una fotografía, un ramo de flores y una ikurriña. En Elgoibar, una localidad cercana, se convocó el sábado una manifestación ilegal a favor de un preso de ETA y para protestar por la muerte de Gil Ostoaga. La Ertzaintza detuvo a siete personas por exaltación del terrorismo, desobediencia a la autoridad y negativa a identificarse. Batasuna (el grupo municipal de Sozialista Abertzaleak) presentó una moción en la que pedía que se nombrase "hijo predilecto" de Legazpia al fallecido. El ayuntamiento, gobernado por Eusko Alkartasuna y el Partido Nacionalista Vasco, aprobó una propuesta de este grupo que deplora la "presión política y mediática" contra el ex recluso, condenado a 298 años de cárcel, de los que cumplió poco más de 13. La moción que se aprobó destaca que el preso fue puesto en libertad "conforme a lo legalmente establecido" y critica también la "presión a la que se ve sometida la sociedad vasca por parte de ETA", organización a la que se exige "el cese de su lucha armada. Las diferencias entre Batasuna y el resto de formaciones políticas motivó que los simpatizantes de ETA comenzaran a lanzar huevos y a insultar a los presentes.