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DÍA CONTRA EL VIH

Unos 42 millones de personas tienen sida

Fotografía
Por Gema Cubo CabreraTiempo de lectura1 min
Sociedad01-12-2002

El sida es la enfermedad más devastadora del mundo. Es la cuarta causa de muerte en los países occidentales y la primera en la mayoría de los subdesarrollados, como ocurre en el África subsahariana. Además, es también la enfermedad más estigmatizada socialmente y la menos comprometida.

Desde 1981, año en que se comienzan a dar los primeros casos, se ha disparado el contagio de la enfermedad, acentuado por la explosiva tasa de crecimiento de los países pobres donde se registra un 95 por ciento de los afectados debido al escaso o nulo empleo de métodos anticonceptivos. En 1986, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un programa sobre el VIH/sida, más tarde denominado Programa Mundial sobre el sida (GPA, en inglés), que durante diez años ha propugnado la necesidad de un respuesta multisectorial a la epidemia. En 1996 se creó en su lugar ONUSIDA, que unida a la OMS se dedica a impulsar la investigación científica y la sensilidad política y económica entre los países respecto al tema. Según datos del informe que ha realizado las Naciones Unidas en colaboración con la OMS, sólo en 2002 se han producido 3’1 millones de defunciones por causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, además de cinco millones de nuevas infecciones por contagio del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) del total de 42 millones de personas en todo el mundo que actualmente padecen esta terrible epidemia. Frenar la propagación de la considerada “pandemia” del siglo no es fácil. Más allá de los fríos datos estadísticos, hay que ser capaces de tomar conciencia de otros porcentajes, los que hablan sobre el padecimiento social que sufren esos enfermos que se quedan sin empleo o los niños que sobrellevan la carga psicológica de ver contagiados a sus padres, o de aquellos que son sistematicamente excluidos de la sociedad por el miedo que nos da enfrentarnos a lo desconocido. Por todo ello, no estaría mal acordarse del 1 de diciembre el resto del año.