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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Un reto para 2019

Fotografía
Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional24-12-2018

Llega la Navidad, y, con ella, el final de un año y el comienzo de otro. Es tiempo de hacer balance y propósitos que se intentarán cumplir. Sin embargo, la mayoría de ellos se quedarán en el tintero porque son prácticamente inalcanzables o porque la vorágine del día a día dificulta su consecución.

El ser humano tiene sueños, y es bueno anhelar cosas mejores para los próximos meses e incluso años. Aun así, no hay que obsesionarse con ello, ya que, muchas veces, el hombre se preocupa demasiado por el futuro o tiene tanta ansia que no es capaz de disfrutar del presente, del momento en el que está viviendo. Solo Dios sabe cuál es nuestra misión en la Tierra y el tiempo que vamos a estar aquí. Por tanto, sin descuidar el futuro, es mucho más productivo ocuparse del ahora y de ser feliz y, especialmente, de hacer felices a los demás, con vocación de servicio.

El mundo y la sociedad son mucho más maravillosos de lo que se cree. Solo hay que detenerse unos instantes a observar la grandeza de la naturaleza, de cómo se ha ido avanzando con el paso de los siglos y de la capacidad del ser humano. Evidentemente, hay aspectos que podrían funcionar mejor y existen comportamientos que son reprobables. Estos, realmente, son una minoría, aunque hagan mucho ruido y tengan gran repercusión mediática porque se escapan de lo habitual.

El primer propósito para el nuevo año debe afectar a uno mismo, hay que hacer introspección, escuchar y ayudar a los más cercanos para, paulatinamente, ir abriendo el círculo. Cuesta muy poco hacerlo y, además, tiene un efecto contagioso. Si cada persona contribuye con su granito de arena y se pone en el lugar del otro, sin duda, la sociedad funcionará mucho mejor.

¡Feliz Navidad! y los mejores deseos para 2019.