NBA
Curry devoró el orgullo verde en el mejor encuentro del año
Por Fernando García3 min
Deportes28-01-2018
El Este y el Oeste se enfrentaron en una cancha de baloncesto con sus dos mejores representantes de la actualidad, los Warriors y los Celtics. Un choque de trenes que deparó un grandioso partido, donde un imparable Stephen Curry desbarató la gran noche de Irving. Las fuerzas siguen muy igualadas, pero los de Golden State hicieron valer el factor campo y el resultado final de 109-105 hizo justicia a lo visto.
Un gran espectáculo cuenta con un inicio brillante, un segundo acto tenso y un final emocionante. Sin duda, el partido que midió a los Warriors y los Celtics tuvo de todo eso y más. La victoria se la llevó el conjunto que contó con el jugador más iluminado, de los muchos que hubo, y aunque ese pudo ser Irving, fue finalmente un Stephen Curry que vuelve a recordad al dos veces MVP.
El inicio fue una muestra de poderío verde. Los de Boston salieron a matar el encuentro y a presentar su candidatura al anillo, impensable cinco minutos después del inicio de la temporada al lesionarse Gordon Hayward. La baja del alero dio protagonismo al sophomore Jaylen Brown, y entre el joven jugador e Irving los Celtics anotaron 37 puntos en el primer cuarto -14 cada uno sin fallo-. Un auténtico destrozo a la defensa de Kerr.
El segundo cuarto devolvió a la realidad a los Celtics. Cuatro minutos tardaron en anotar, mientras los Durant, Thompson y compañía se encomendaban a ‘Sir Stephen’. Y no defraudó. Recortaron diferencias y los locales se quedaron a solo cuatro puntos al descanso, en un choque que estaba al borde de volverse eléctrico.
La reanudación fue de Curry. El anotador compulsivo de los de La Bahía dio la vuelta al choque y puso a los suyos diez por delante. Quedaba mucho encuentro, pero los campeones quisieron dejar su impronta en la mente de los inquebrantables Celtics.
El equipo de Brad Stevens no es solo un conjunto de talento, es cabeza y corazón. A lo largo de la temporada ha protagonizado muchas y épicas remontadas, y no había viajado a San Francisco a perder honrosamente. Con Brown y Horford con números calcados a los de Durant y Green, y Tatum y Thompson perdidos en unas defensas muy centradas, el duelo de pistoleros enfrentaría a Irving y Curry, y no defraudaría.
Lo mejor… para el final
El último cuarto fue una obra de arte. Curry, que se fue a los 49 puntos, comandaba a los suyos, que se encomendaban a sus ocho triples y nueve tiros libres, además de un 16 de 24 en tiros de campo. Con esos números, cualquiera habría claudicado, pero Kyrie Irving demostró que sobre la pista estaban hoy por hoy los posiblemente dos mejores bases de la NBA. Sus 37 puntos y cinco triples sin fallo dejaban argumentos para ello.
Lo mejor del mejor choque de la temporada se vivió donde se viven los grandes momentos: al final. Los últimos cuatro minutos fueron de vértigo. Irving daba un vuelco al marcador, luego Green, otro cambio con una canasta de Brown, y luego cinco puntos seguidos de Curry para el 100-95. Con un minuto por jugar, las pizarras irrumpieron en el partido.
Horford anotaba e inmediatamente se forzaba la falta ha Curry. Dos puntos convertidos y vuelta a empezar. Irving anotaba y falta a Durant, que fallaba el primero. Nueva canasta de Irving y nueva falta a Curry, que no perdonaba y ponía el 105-101 con el tiempo agotándose.
A falta de ocho segundos, un gran triple de Rozier dejaba a un punto de desventaja a los Celtics. Stevens buscó forzar y una nueva falta dejó a Curry dos nuevos tiros libres, que no falló. Los Warriors devolvieron el favor a Irving, que necesitaba errar el segundo. Pero en la única imprecisión del jugador de Boston, el lanzamiento toco solo la red y no dio opción de rebote a los suyos. Al final, 109-105 y una invitación para la revancha en post temporada.