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Irak

El ejercito irakí recupera la ciudad de Mosul

Por Javier Álvarez LagoTiempo de lectura2 min
Internacional10-07-2017

A día 9 de julio, el primer ministro de Irak, Haider Al-Abadi, visitaba Mosul, la tercera ciudad más grande del país, de cara a felicitar a sus tropas por la "gran victoria" conseguida estos días. Así, pese a que se informa de que todavía restan algunos pequeños focos de resistencia en el casco antiguo de la ciudad, el DAESH pierde su principal bastión, lugar que mantenía en su poder desde 2014 y donde su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, se proclamó a sí mismo califa de todos los musulmanes.

Sin embargo, lo primero que conviene remarcar es que esta reconquista, que ha durado cerca de un año, se ha traducido en un gran número de muertos y heridos, ya fuesen estos terroristas, militares o civiles. Y es que, según la propia ONU, tan sólo en el pasado mes de mayo fueron asesinados un total de 354 civiles en Mosul, algunos de ellos por bombas lanzadas por el propio régimen irakí y sus aliados, a lo que habría que sumar que, en la primera semana de junio, el DAESH mató a más 230 personas cuando estas intentaban escapar de la zona que ocupaban los terroristas.

Todavía no se posee una cifra total del número de fallecidos durante el conflicto, aunque supera con creces el millar. Asimismo, según la Agencia de la ONU para los Refugiados, han abandonado la ciudad cerca de un millón de personas. Durante el fuego cruzado, algunos de ellos han sido utilizados como escudos humanos por parte de los terroristas.

En lo que a geopolítica se refiere, lo más destacable es que DAESH pierde así la que consideraba su capital, tanto por su tamaño y ubicación (situada en la frontera norte de Irak, cerca de Siria, los dos países donde el grupo es más activo) como por la importancia que tenía en la narración histórica de la organización. Y es que desde la mezquita de Al-Nusri (destruida a su vez recientemente en el conflicto) Abu Bakr al-Baghdadi proclamó el Estado Islámico, confirmando así que pretendía expandir el mismo a todos los confines del planeta en su afán imperialista.

Por lo tanto, Mosul se suma a las pérdidas de esta organización, que ve como, tras la importantísima expansión que logró en 2014 (cuando conquistó las principales ciudades que ha tenido hasta la fecha en su poder), comienza ahora a perder el poder directo sobre las poblaciones. Así, en estos dos últimos años ha perdido ciudades como Faluya, Radami, Shadadd y Palmira, ciudades que asoló en su día con el más puro terror. Por el contrario, todavía mantiene bajo su despótico poder poblaciones como Al-Qa'im, Al-Karābilah, Tal Afar, o, la que se considera ahora como su núcleo de operaciones principal, la ciudad siria de Al Raqa, donde Rusia podría haber matado recientemente a su líder, si bien todavía no se ha confirmado su muerte.

En todas estas ciudades, además de matar y violar los derechos humanos de millares de civiles, ha destruido sus museos y obras de arte. Y es que el DAESH necesita controlar la historia para conseguir que la realidad se amolde a la visión tan dogmática como anacrónica que la organización posee de la misma. Por todo ello, es cuanto menos relevante el preguntarse cómo venderá el DAESH a sus miembros la derrota sufrida en Mosul. Sea como sea, a la ciudad le queda mucho por recuperar su antiguo esplendor, pues está prácticamente en ruinas.