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SALUD

La niña fallecida por meningitis C no había sido vacunada

Por Luis ArtolaTiempo de lectura3 min
Sociedad05-04-2017

Tras la muerte hace una semana de una niña de Manresa a causa de una meningitis fulminante, las autoridades de la ASPCAT han notificado que la bacteria responsable era el meningococo C. Además se ha conocido que no constaba la vacunación contra dicha bacteria a pesar de tratarse de una inmunización pasiva obligatoria en el calendario vacunal infantil. Joan Guix, secretario de la ASPCAT, ha llamado a la tranquilidad ante la ausencia de relación con otros tres cuadros ocurridos en el último mes en Cataluña.

Se van conociendo más datos de la investigación por la muerte, hace una semana, de una niña de nueve años y natural de Manresa, debida a un cuadro de meningococemia fulminante. No se trataba un caso aislado, ya que en 20 días se notificaron tres casos similares en Cataluña, según Vigilancia Epidemiológica de la Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT), lo que comenzó a provocar una gran alarma social. Sin embargo, se ha confirmado su ausencia de relación y las autoridades sanitarias reiteran que se trata de casos esporádicos. Se ha averiguado que la bacteria causante del fallecimiento de la niña de Manresa era del tipo meningococo C. Tanto los familiares cercanos como los compañeros de clase de la pequeña recibieron profilaxis antibiótica nada más conocerse su fallecimiento.

Se trata de un tipo de bacteria contra la que existe inmunización pasiva obligatoria dentro del calendario sistemático vacunal y cuya administración se produce en tres dosis, a los cuatro meses, a los 12 meses y a los 11 años. Su financiación corre a cargo del sistema público de salud, a diferencia de la vacuna contra el meningococo B, recientemente introducida y que únicamente se subvenciona en caso de inmunosupresión. El Departamento de Salud Pública, a través de su secretario, Joan Guix, ha confirmado este martes que la pequeña no estaba inmunizada, y por tanto, no vacunada.

La menor falleció en poco más de cuatro horas tras su ingreso en el hospital Sant Joan de Déu y posterior traslado a la UCI del hospital Parc Taulí de Sabadell. Este escaso período de tiempo es indicativo de la agresividad y rapidez con que se generalizó el cuadro, provocando una meningitis de carácter fulminante dado que, según explica el jefe del servicio materno-infantil de este hospital, Santi Nevot, "hubo una diseminación de la bacteria, desde la faringe a la sangre y produjo un fallo multiorgánico".

En cuanto a los otros dos casos que se han advertido, el primer cuadro ocurrió en un menor de dos años y provocó su fallecimiento a mediados de marzo pero aún no ha podido averiguarse el tipo de bacteria responsable de la meningitis. El otro caso notificado es el de una niña de la población de Berga y se trata de un cuadro de meningitis vírica, mucho menos agresivo que las bacterianas. Se ha comunicado que la menor evoluciona favorablemente. Se sospecha de otro posible caso, aún no confirmado, que está siendo valorado en un hospital de Barcelona.

El secretario del Departamento de Salud Pública de la Generalitat, Joan Guix, ha reiterado la ausencia de relación entre todos los casos notificados por lo que no puede hablarse de epidemia. Por ello, solicita tranquilidad a la población y ha asegurado que "no estamos fuera de la frecuencia esperada. No hay relación entre los casos y no hay un brote epidémico". De hecho, esto es así dado que cada año se producen entre 55 y 60 casos de meningitis bacteriana, según los datos de la ASPCAT, la mayoría de evolución favorable, aunque en ocasiones aparecen complicaciones e incluso puede provocar la muerte.

La meningitis o inflamación meníngea es un cuadro de carácter vírico, mucho más tenue o bacteriano, de evolución más tórpida aunque evitable con prevención primaria y tratamiento antibiótico si ésta se desarrolla, con una recuperación favorable. Los casos de infección generalizada secundaria a la meningitis bacteriana son muy poco frecuentes. El porcentaje de mortalidad es de un 10% y, a pesar de predominar en la infancia y adolescencia, el cuadro es más agresivo en adultos.