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TENIS

Ion Tiriac, el magnate del tenis

Por Juan Diego GómezTiempo de lectura2 min
Deportes14-10-2002

El mejor tenis del mundo pasó por nuestro país, y gracias a una de las personas más poderosas e influyentes dentro del tenis mundial. El rumano Ion Tiriac ha dedicado gran parte de su vida al tenis, primero como jugador y representante; ahora lo hace desde los despachos.

Ion Tiriac es principalmente un hombre carismático que ha sabido llevar sus ideales un tanto revolucionarios sobre la nueva concepción del tenis: muchos eran los que no creían en su particular forma dever la profesionalización del deporte de la raqueta. Pero Tiriac representó primero a Rumania en los JJ.OO. de invierno en Squath Valley de 1960, defendiendo a su país en la selección de hockey hielo. Tres años despues cambió el stick por la raqueta y así continuó mucho tiempo. A lo largo de su carrera consiguió 24 títulos individuales y 27 de dobles, entre las que caben destacar la victoria en Roland Garros en 1970, formando pareja con su compatriota Ilie Nastashe. Después de retirarse siguió vinculado al mundo del tenis y fue representante jugadores emblemáticos como Boris Becker, la alemana Steffi Graff y el ex campeón de Wimbledon Goran Ivanisevic. Más recientemente, Tiriac ha volcado su actuación hacia la promoción y consultoría de torneos. Tras la quiebra del acuerdo de ISL con la ATP, los antiguos torneos del Super 9 formaron TPL -Tennis Properties LTD-, una compañía que se dedica a la producción de derechos de televisión de los Masters Series y su comercialización. En los próximos tres años estos torneos van a invertir 20 millones de dólares para producir un producto de la más alta calidad en cada uno de los torneos. Si en la temporada del 2001 llegaron a una audiencia de 324 millones de personas en los cinco continentes, este año los números ya han aumentando y la difusión de estos torneos llega a 130 países. El tenis es un deporte puramente global y tiene un gran margen de explotación, afirma Tiriac. Pero el rumano, de 63 años, también ha destacado siempre por su gran inteligencia, de lo que se ha valido para hacer grandes negocios en su país, Rumania. Tras la instauración del régimen democrático en 1989, el magnate rumano contribuyó a promover las inversiones extranjeras en su país de origen, con las reprsentaciones de marcas de automóviles de prestigio en su país. Además posee su propia compañía aérea y un banco. Pero no todo es capitalismo: otro de los asuntos que más le apasionan a Tiriac es combatir la pobreza. Así, hace algunos años abrió un hogar de huérfanos en Brasov, donde reside más de un centenar de niños.