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Holanda

Holanda deja en segundo lugar al populismo

Por Remedios Maroñas Tiempo de lectura2 min
Internacional16-03-2017

Los resultados de los comicios a la presidencia de Holanda han dejado una configuración insólita y desconocida en su Parlamento, ya que ninguno de los cuatro partidos más votados han conseguido sacar la mayoría, 76 escaños, para formar gobierno. La configuración de la presidencia tendrá que estar formada cómo mínimo por cuatro partidos. Popular por la Libertad y la Democracia (VPP), Partido por la Libertad (PVV), Llamada Demócrata Cristiana (CDA) y Democracia 66 (D66) han sido los partidos más votados.

Fuerzas políticas de derechas e izquierdas ya han negado su apoyo y desinterés de pactar con Geert Wilders, líder xenófobo del Partido por la Libertad, que ha resultado segundo con 20 escaños, detrás del vencedor y actual primer ministro y líder del partido centro derechista, Mark Rutte.

La impopularidad generada por Rutte, en base a las medidas de austeridad impuestas en los últimos años, ha sido una de las causas del incremento de escaños de sus bases. También, el creciente número de inmigrantes procedentes de países musulmanes y el programa de desislamización pronacionalista de Wilders, se han considerado consecuencias de su creciente popularidad entre seguidores y votantes del partido democristiano (CDA), que ha resultado tercero con 19 escaños.

Cinco asientos más que en las últimas elecciones y el 13% de los  votos han colocado al partido de Wilders en el mejor resultado de su historia. Pese al éxito, la ultraderecha ha sacado unos resultados mucho menores de los estimados por las encuestas, las cuales llegó a liderar.

Los resultados han proporcionada el primer indicador real de la propagación del populismo en Europa. Algunos consideran su emplazamientos a segunda posición como la primera gran derrota en Occidente del populismo xenófobo, que había comenzado su época de oro con la llegada de  Donald Trump a la Casa Blanca. Otros, reconocen que su irrupción aún tiene mucho por transformar en el escenario político holandés.

La primeras reacciones de Wilder tras los comicios han mostrado una clara disposición a negociar, aunque ha dicho que si el resto de candidatos ganadores no le quieren incluir en las negociaciones, su partido actuará como una clara y fuerte oposición. Las elecciones han tenido una de las participaciones más altas de los últimos 31 años, 82% de población, que se traduce en más de 12,6 millones de ciudadanos holandeses.