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TELEVISIÓN

Polémica designación de Vicente Sanchís como director de TV3

Por Luis ArtolaTiempo de lectura3 min
Comunicación15-03-2017

El nombramiento de Vicente Sanchís en la dirección de la televisión pública catalana, TV3, ha llegado con polémica. Los distintos grupos parlamentarios han criticado la designación del periodista valenciano por su probada "trayectoria independentista" lo que llevará a un endurecimiento en la línea informativa del canal. Sanchís, en declaraciones a El Mundo, ha argumentado que "toda esta casa es un artefacto político".

El nombramiento de Vicent Sanchís como director de TV3 ha suscitado una gran polémica en Cataluña. El flamante nuevo jefe de la televisión pública catalana ha sido hoy objeto de críticas, por parte de todos los grupos de la oposición, en el Parlament de Cataluña. El nuevo director ha sido nombrado por el Consejo de Gobierno de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuales (CCMA).

Este periodista sustituye a su antecesor, Jaume Peral quien ha ostentado el mismo cargo durante un año. Se le considera cercano ideológicamente al PDeCAT por lo que no han tardado en producirse reacciones políticas y de los trabajadores del canal público catalán. De hecho es el biógrafo del expolítico Lluis Prenafeta, militante de CDC y secretario general de la Generalitat hasta 1990. Y éste colaboró en la proyección del periódico "El Observador" hasta 1993, del que Sanchís fue director. En la cadena consideran que su nombramiento “mina la credibilidad” de un canal público y no se han centrado en argumentos de carácter profesional. Esta decisión, creen, llevará de nuevo a un mayor control del canal y del CCMA por parte de la antigua CDC.

Además atribuyen el cambio de dirección al protagonismo dado en las noticias emitidas por la cadena en referencia al Caso Palau y las mordidas del 3%. Los distintos grupos parlamentarios no se han quedado atrás y califican su designación teniendo en cuenta su trayectoria "independentista". Creen que se producirá un endurecimiento en la línea informativa suscitada por el PDeCAT ante lo que se augura como posible batacazo del partido en las próximas elecciones.

El grupo Ciudadanos ha mostrado su preocupación ante la primacía de este factor en detrimento de la trayectoria profesional. De hecho, el portavoz adjunto del partido en el Parlament, Fernando Páramos considera que, a tenor de muchas de sus declaraciones, "reúne todos los requisitos, ser independentista y anti-Ciudadanos".

Por su parte, el portavoz adjunto del grupo Socialista de Cataluña, Ferrán Pedret, también contrario al nombramiento de Sanchís, atribuye asimismo a su trayectoria política la falta de condiciones para llevar la dirección de una televisión pública. La crítica más contundente proviene de Catalunya Sí que es Pot, que ha hecho alusión a los ataques que la izquierda y, en particular, su grupo, recibía por parte del periodista en diferentes tertulias. Su portavoz, Joan Coscubiela, ha calificado sus actuaciones como sectarias con declaraciones tan polémicas como "llamar falangista a la CUP y tontos a los votantes de ICV".

En el Partido Popular de Cataluña, su líder Xavier García Albiol augura el futuro de la televisión pública catalana como una cada vez mayor desconexión con la mayoría de los ciudadanos. En la respuesta de Neus Munté, actual portavoz del Govern, a las críticas suscitadas, ha advertido de la responsabilidad de la CCMA en el nombramiento de los cargos de la televisión y radio públicas y "en ningún caso" se hace responsable el Govern.

El nuevo mandatorio de la televisión pública catalana ha declarado al periódico El Mundo, que esperaba la dureza de las reacciones a su designación. Por ello, cree que el cuestionamiento por parte de los distintos partidos de la oposición es bueno ya que "esto me hace ser un buen periodista". Además añade que "toda esta casa es un artefacto político" por lo que entiende que depende del Parlament, y concluye con la premisa de la inexistencia de televisiones públicas sin política. Vicent Sanchís ha defendido como director la cadena pública TV3 y considera que su funcionamiento está basado en un sistema de equilibrio político.