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ESTADOS UNIDOS

EEUU refuerza su política de deportación a los inmigrantes

Por Luis ArtolaTiempo de lectura2 min
Internacional22-02-2017

El presidente de EEUU, Donald Trump, continúa con el empeño de incrementar las agresivas medidas prometidas durante la pasada campaña electoral, para llevar a cabo las deportaciones de los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en el país. Establece así un giro radical en la política de inmigración de la anterior administración, respetando únicamente a los jóvenes pertenecientes al programa DACA.

El nuevo inquilino de la Casa Blanca, ha cumplido un mes en el cargo y sus colaboradores en materia de seguridad han establecido nuevas y agresivas medidas que permitan a los agentes de inmigración facilitar la expulsión del país de los inmigrantes que se encuentran en situación irregular. El responsable del departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, ha sido el encargado de poner en marcha, cumpliendo con la orden firmada por el presidente el 28 de enero, la contratación de 10.000 agentes de inmigración más y 5.000 encargados de la seguridad fronteriza.

El cambio respecto al gobierno anterior liderado por Barack Obama, estriba en que se sumarán a las deportaciones de los inmigrantes con antecedentes penales aquellos indocumentados que, según la administración, se han beneficiado de aquellas normas establecidas para los estadounidenses o si incumplen alguna de las medidas que “supongan riesgo para la seguridad pública y nacional”, como el hecho de conducir sin carnet.

Desaparecerá la diferenciación que se establecía en relación a las diferentes clases a las que podían pertenecer. Estas nuevas normas incluyen un mayor poder legal de los agentes de inmigración a la hora de la detención de los inmigrantes. Además se añade también la persecución de aquéllos que hayan ayudado a un individuo extranjero a entrar de forma ilegal a Estados Unidos.

Las reacciones no se han hecho esperar y la responsable del fondo educativo de la organización "America’s voice", LynnTramonte, ha denunciado las facilidades que la administración Trump está dando con sus directrices a aquellas organizaciones nacionalistas y anti-inmigrantes. Y siente el perjuicio que estos criterios provocan a aquéllos que llevan años viviendo en EEUU o por los vínculos que hayan establecido.

Las nuevas directrices no afectan, de momento, a los 750.000 jóvenes indocumentados que se han beneficiado del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), aprobado en 2012 por el presidente Barack Obama. Trump pretendía acabar también con este sector de la inmigración pero aún no ha dado la orden de expulsión.

Los dreamers o soñadores es el sobrenormbre con el que se identifica a estos jóvenes indocumentados que emigraron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños. Al estar adscritos al programa DACA disponen de un permiso de trabajo y la garantía de que no serán deportados durante dos años. Por ello se beneficiarán, de momento, de la posibilidad de mejorar su calidad de vida tanto a nivel laboral como académico sin miedo a ser deportados.

El portavoz de la presidencia, Sean Spicer, sin embargo, ha dejado claro a los medios que "todo el mundo que está aquí ilegalmente puede ser deportado en cualquier momento".

De momento, Trump se está encontrado con un muro judicial, tras haber sido rechazadas el pasado 9 de febrero, sus justificaciones para fortalecer aún más el impedimento a la inmigración.