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VERA Y BARRIONUEVO

Posible trato de favor en el ‘caso Marey’

Por Elena López OlivaTiempo de lectura3 min
España03-06-2001

Al ex ministro del Interior José Barrionuevo, del ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera se les concedió el pasado miércoles la aplicación más benévola del tercer grado contemplada en el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario. Durante el tiempo que les queda de condena no dormirán ni una sola noche en prisión y sólo tendrán que ir a firmar dos veces por semana. Fuera del PP y del PSOE se plantea una aplicación desigual de la justicia en función de intereses políticos.

Segundo Marey, industrial vasco francés, fue secuestrado en diciembre de 1983 en Hendaya (Francia) y trasladado clandestinamente hasta una cabaña de piedra situada en una sierra de Cantabria. Allí permaneció durante diez días sometido a continuas torturas. El 29 de julio de 1998, Barrionuevo, Vera y Julián Sancristóbal (ex director de la Seguridad del Estado) fueron condenados a 10 años de cárcel cada uno por un delito de secuestro y otro de malversación de caudales públicos. El Gobierno les indultó a todos ellos dos terceras partes de la pena impuesta el pasado mes de diciembre. El Tribunal Constitucional suspendió la ejecución de las condenas hasta que resolviera los recursos que habían planteado los acusados. El pasado 17 de marzo rechazó todos los recursos, con lo que se reanudaron los trámites para ejecutar la condena. Este miércoles tenían que ingresar en prisión y lo hicieron, pero apenas diez horas más tarde, salían en libertad. El tratamiento dispensado desde el Gobierno a los ex responsables del Ministerio del Interior José Barrionuevo y Rafael Vera no tiene precedentes. Ésta es la primera vez que el Ejecutivo aplica el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario a presos que en ningún momento han mostrado síntomas de arrepentimiento. De hecho, siempre han negado su implicación en el secuestro de Segundo Marey; Barrionuevo declaró, incluso, que “fue condenado en virtud de una sentencia injusta”. Los motivos del tercer grado Las autoridades penitenciarias alegan que, para tomar esta decisión basada en “el grado de reinserción social consolidado”, han valorado el hecho de que sea su primer delito; que siempre se hayan presentado “voluntariamente” a cumplir condena; su vida normalizada; la antigüedad de los hechos (ocurrieron en 1983); su integración sociolaboral; su dificultad de reincidencia al desaparecer el ejercicio de sus funciones públicas y, sobre todo, las necesidades de protección para garantizar su seguridad personal. Barrionuevo y Vera se encontraban clasificados en el tercer grado penitenciario, lo que les hubiera permitido disfrutar de un régimen por el que tendrían que ir a la cárcel sólo a dormir, de lunes a jueves, si demostraban que tienen un trabajo. Pero no ha sido necesario. Según ha admitido el propio Barrionuevo, “algunas personas han hecho presión para favorecerles”. El Partido Socialista (PSOE) había reclamado al Gobierno, a través de políticos cercanos a la dirección del partido, el trato más favorable posible para los ex altos cargos del Ministerio del Interior. De modo que, Barrionuevo y Vera recibieron instrucciones de en qué centro debían ingresar y a qué hora con el fin de que diera tiempo a que se efectuaran todos los trámites. Ellos ya sabían que ese día iban a dormir de nuevo en casa. Reacciones Rajoy ha declarado continuamente durante estos días que “La página de los GAL es una página superada en la historia de España”. Sobre la posibilidad de que haya habido un acuerdo entre PP y PSOE para aprobar la excarcelación ha asegurado que no ha pactado con nadie. Ha admitido que mantuvo conversaciones con los condenados y que éstos le solicitaron que se les aplicara el reglamento más beneficioso. El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, ha respondido asegurando que este tipo de decisiones sólo contribuyen a trasladar a los ciudadanos la idea de que “la ley no es igual para todos”. Mientras, en las filas socialistas se ha respirado tranquilidad. Algunos consideraban que, por fin, todo estaba zanjado. “Queda el escándalo de hoy, pero en dos días se olvida”, declaró un diputado del PSOE. La esposa de Marey mostraba su indignación por la salida de la cárcel de los condenados: “La Justicia ha hecho su trabajo pero ante la política no podemos hacer nada”.