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Literatura

Españolizan el mundo kafkiano de Reiner Stach

Por Cristina González BoyarizoTiempo de lectura3 min
Cultura08-11-2016

El escritor filósofo Franz Kafka era un enigma en sí mismo. Mucho se ha publicado sobre él y a lo largo de la historia no han cesado de llover las distintas críticas, alabanzas y comentarios hacia su persona, pero a decir verdad nadie logró conocer al completo su alma, bucear en cada sentimiento y entender realmente sus pensamientos. Hasta hoy.

Por fin se traduce al castellano la biografía sobre Kafka publicada por el literato alemán Reiner Stach, quien, tras décadas de incansable trabajo, acerca un pedacito de este carismático autor que tantos debates ha protagonizado y suscitará el interés de millones de lectores, ahora también en español.

Kafka se reveló como un adicto a las biografías. Le encantaba leer todas las que podía, pues disfrutaba pensando que diseccionar cada línea era como, en palabras suyas, “encontrar una llave que abría el secreto de una existencia”. Adoraba esgrimir cada letra para descubrir en la historia al espíritu que la protagonizaba, aunque le resultaba difícil, pues este tipo de obras se escribían más bien como una sucesión de datos que proporcionan información objetiva, sin alcanzar esa implicación que él buscaba. Sin embargo el Kafka de Stach está cargado de esos detalles que tanto odiaba, no obstante, tampoco se queda corto de esas ansiadas claves, las cuales dejan realmente al descubierto el corazón de un personaje tan fascinante.

El objetivo final del alemán es descubrir cómo fue ser Kafka. Algunos lo considerarían una labor arrogante, sin embargo el traductor español Darío Villanueva, encargado de acercar el mundo kafkiano a la lengua hispánica, considera que tras tanto empeño se esconden horas de esfuerzo, de integrarse en la sociedad que el habitó, leer lo que alguna vez leyó, prácticamente estudiarse lo que escribió, desmenuzar cada detalle de su peculiar psicoanálisis y llegar a entender como un hombre que siempre encontraba motivos sobre los que reflexionar provocase precisamente tanta reflexión siglos después.

Pero ¿qué impulsó a Stach a emprender un estudio tan arduo si ya sabía que no llegaría a penetrar del todo en el corazón del mundo kafkiano? Su motivación estaba en las palabras de una carta de Franz, donde escribió “Quiero construir como alguien que, dueño de una casa endeble, pretende edificar al lado una estable con los mismos materiales de la antigua”, aquella forma de pensar lo cautivó y desde entonces no ha dedicado su tiempo más que a esa investigación.

De lo publicado hasta ahora sobre el famosísimo escritor podía deducirse que su alma se dividía entre el Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Se dice que durante el día su conciencia, seria y responsable, no salía de los cánones establecidos y lo políticamente correcto, mientras que en la oscuridad de la noche se apoderaba de él la vena artística y, comportándose como un ser encerrado en sí mismo, se dejaba llevar por su amor a las letras y se desdecía de aquellas afirmaciones en las que declaraba que la literatura era una tarea insignificante. Nada más lejos de la realidad. Kafka nunca fue ese ente taciturno. Le gustaba hacer deporte, pasear, cuidar su salud y sobre todo, integrarse socialmente. Para él era fundamental sentirse aceptado, como demostraba su creciente interés hacia el matrimonio. Deseaba formar una familia y ser amado por una compañera de viaje. Este, entre otros, es el gran mito que se desmonta en su biografía.

El conjunto total, compuesto por tres enormes tomos, (dos en la traducción al cristiano) confieren a la vida de Kafka el aspecto de una gran cebolla, en la cual las capas van cayendo al ritmo que el cocinero las pela, dejando al descubierto la forma de ser y sentir de ese autor que, gracias al halo de misterio que le rodea, se ha cobrado la grandiosa fama mundial que le ha permitido encumbrarse en su universo de poeta.